El actual sistema imperante en el mundo, el capitalismo, no puede parar de generar ganancia para el capital. Si para ello tiene que matar –y de hecho eso sucede a diario– o matar a la naturaleza, lo hace sin vergüenza. El capital es más importante que cualquier cosa, que la vida de todas las especies, que la supervivencia del planeta.
Ahora parece haber advertido
que el daño ecológico que produce es tremendo, y quiere solucionarlo. El
llamado “capitalismo verde” –es decir: “abuenar” un poco el hiperconsumo voraz–
no es salida. No se trata de reciclar o usar bicicleta, de cerrar bien los
grifos o, como alguien dijo por ahí, de “poner a dieta al capitalismo”: se
trata de transformar de cuajo el modelo económico dominante. Como dijera Marx:
“No
se trata de mejorar la sociedad existente sino de establecer una nueva”, porque lo que existe es insostenible:
para que el 15% de la humanidad viva cómodamente, el 85% restante sufre. ¿Y el
amor al prójimo?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario