martes, 31 de agosto de 2021

TODO EL MUNDO ES MACHISTA: VARONES Y MUJERES

El machismo patriarcal está metido hasta los huesos en nuestra civilización, en todas las culturas. Es un enraizado mal social del que participamos todas/os, varones y mujeres, ricos y pobres, urbanos y rurales, jóvenes y viejos, cualquiera sea la diversidad sexual, el Norte y el Sur. Salvo contadísimas excepciones (un pueblo en el Tíbet, otro pueblo en unas islas de la Polinesia), es una práctica extendida universalmente, como la prohibición del incesto, o la creación musical.

 

Las mujeres ¿también pueden ser machistas? ¡Por supuesto! Al participar de un todo social, todos sus integrantes repiten –por supuesto sin saberlo– el modelo dominante, y lo reproducen. Para ejemplo, lo relatado por una paciente (caso absolutamente verídico. Se omiten nombres por razones obvias):

 

A: Mamá, ¿sabía que violaron a la Susanita, la muchacha esta de la vecindad?

 

B: Seguro que se lo buscó. Es medio putrífica esta jovencita. ¿No viste con la minifalda que anda? A las putitas calenturientas les pasa eso.

 

https://insurgente.org/marcelo-colussi-patriarcado/




lunes, 30 de agosto de 2021

PANDEMIA Y GASTOS MILITARES

Mientras que el Producto Interno Bruto -PBI- mundial cayó un 4,4% en el año 2020 debido a la terrible crisis sanitaria que nos aqueja, los gastos militares, por quinto año consecutivo, crecieron. En este caso, un 2,6%. Estados Unidos fue quien registró el alza más grande, con un aumento del 4,4%. ¿Realmente es lo que necesitamos?

 

Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia”, dijo Fidel Castro.




 

domingo, 29 de agosto de 2021

“EN CUBA LA PANDEMIA DE COVID ESTÁ DESTRUYENDO TODO”

Es lo que querría que suceda toda la prensa capitalista. Y las informaciones que recorrieron el mundo últimamente intentan mostrar ese supuesto infierno. Pero la realidad es muy otra:

 

Hasta el 21 de agosto Cuba había administrado la primera dosis a 44.3 por ciento de su población, la segunda a 39.6 y la tercera a 28 por ciento. La vacunación comenzó en mayo y el ritmo diario actual está entre los más altos del mundo. Ahora bien, vayamos a los datos preliminares de efectividad de los fármacos que se habían tabulado hasta el 14 de agosto. En esa fecha 2.6 millones de cubanas y cubanos habían recibido las tres dosis y tenían como mínimo 14 días de haberse inoculado la tercera, el tiempo necesario para poder medir la efectividad. Según datos del Ministerio de Salud Pública sólo 0.96 por ciento de esas personas completamente vacunadas se habían infectado con el virus y la sobrevivencia entre ellas era de 99.9956 por ciento, o sea, sólo 0.0044 por ciento había fallecido. No obstante que preliminar, esta información es más significativa por surgir de una situación epidemiológica en extremo complicada cuando la variante delta se ha enseñoreado en Cuba con su eficiente velocidad de contagio y aumento exponencial de carga viral”.

Ángel Guerra

 



sábado, 28 de agosto de 2021

¿QUIERE LAVAR SUS DÓLARES? VAYA A UN PARAÍSO FISCAL

(ALGUNA ISLA EN EL CARIBE HABITUALMENTE)

 

Pero también se puede lavar en un paraíso virtual, en un país que NO EXISTE físicamente…

 

MELCHIZEDEK, NUEVO PARAÍSO CIBERNÉTICO

 

El reciente caso del Principado de Sealand parece tener réplicas en la Red. Un falso país autodenominado Dominion de Melchizedek, ofrece la posibilidad de comprar pasaportes y títulos universitarios.

 

Declarada en su web: https://www.melchizedek.com/ como una soberanía eclesiástica y constitucional, incluye en sus territorios a la Isla Malpelo, en la costa colombiana del Pacífico, la de Clipperton, perteneciente a Francia y situada en el Pacífico frente a Centroamérica, y la de Karitane, bajo soberanía neozelandesa. Desde su web se ofrece la posibilidad de conseguir su pasaporte por 10,000 dólares y convalidar títulos con la Universidad de Melchizedek mediante la convalidación de estudios y el pago de 400 dólares por las clases de un enviado de la Universidad.

 

¿QUÉ ESPERA? ¡¡LAVE YA!!




viernes, 27 de agosto de 2021

CALL CENTERS: MAQUILAS PARA JÓVENES

¿Sabía usted que muchos contratos de jóvenes que trabajan en Call Centers en Guatemala están hechos en inglés en un país donde ese idioma NO es lengua oficial, por tanto, se constituyen en contratos ilegales? 

 

¿Sabía también que en esos centros laborales pasó a ser moneda corriente pedir "la milla extra"? Es decir: un sobre-esfuerzo que NO se paga, lo que constituye igualmente una ilegalidad, una absoluta violación de derechos laborales.

 

¿Y sabía igualmente que en estas maquilas modernas están absolutamente prohibidos los sindicatos?

 

¿No lo sabía? Pues.... ¡habrá que enterarse! ¡¡Y divulgarlo!!

 


 

jueves, 26 de agosto de 2021

CARTA DESDE EL SUR

Hallada en el baño de un restaurante de baja calidad en un barrio popular de Rawalpindi, Pakistán. Escrita en perfecto francés. Autor anónimo. (Presentamos aquí la versión española. Traducción de J.M.)

 

Dirigida a quien quiera leerla

(pero especialmente a los ciudadanos del Norte)

 

No soy blanco.

 

Aclaro esto desde un principio para que se entienda bien quién escribe esto, y por qué lo escribe. No ser blanco significa que no pertenezco a ese 30 por ciento de privilegiados –si es que así se le puede llamar– que no se siente discriminado por el simple hecho de tener un determinado color de piel. No ser blanco, es decir: ser oriental, negro, indio, árabe, mestizo o todo tipo de combinación que se desee, es ya un estigma imposible de borrar. Los que sufrimos este estigma, los que padecemos esa pesada carga día a día, somos muchos, muchísimos. Somos, especialmente, los que vivimos en el Sur. Y representamos mucha gente, la enorme mayoría de la población del mundo.

 

Es muy impreciso decir "el Sur", por supuesto. Pero da una idea bastante aproximada del problema en ciernes: ser del Sur es, en términos generales, no ser blanco y formar parte de ese 70 por ciento de población planetaria que vive en condiciones infrahumanas, que no sabe si al día siguiente va tener para comer, que no sabe cuándo va a desencadenarse la próxima guerra, ni por qué. Ser del Sur es formar parte del enorme grupo de los que no saben leer ni escribir –y que constituye nada más y nada menos que casi un 50 por ciento de la Humanidad–. Ser del Sur significa que en un 50 por ciento de los casos se sufre desnutrición. Sí, sí como lo están leyendo: ¡desnutrición! Desnutrición en un mundo que se permite gastar cantidades demenciales de dinero en armas, o en productos innecesarios, un mundo que produce el doble de la cantidad de alimentos necesarios para alimentar perfectamente a todos sus habitantes, pero que dadas las injusticias reinantes condena de hambre a una inmensa cantidad de seres humanos. Un mundo en el que un perrito de un hogar término medio del Norte come un promedio anual de carne roja superior a un habitante de nuestras tierras. Ser del Sur es no saber si mañana se podrá morir de hambre, picado por una víbora venenosa o por haber pisado una mina antipersonal de las que dejan los interminables conflictos que barren nuestros países. Ser del Sur es vivir resignado ante las catástrofes naturales que periódicamente nos golpean, produciendo devastación entre nosotros y sólo problemas manejables en el Norte –con lo que se evidencia que esas catástrofes no son precisamente tan "naturales"–; es vivir sabiendo que en cualquier momento se puede pasar a ser un refugiado por algún conflicto militar que estalle y en el que no tenemos ninguna participación pero que nos fuerza a salir huyendo despavoridos; es poder pasar a ser un ilegal despreciado si se intenta escapar de tanta miseria marchando al Norte, que nos recibe con indiferencia… y muros de contención electrificados, metralla y perros guardianes –si logramos sobrevivir al viaje para llegar allá, claro–. Ser del Sur es no ver la luz al final del túnel.

 

¿Entienden lo que estoy diciendo? Ser del Sur es estar prácticamente condenado a que comer sea un privilegio. No digamos ya otros "lujos" como leer y escribir. Y muchos menos tener acceso a la educación superior. Entre los nuestros, comer todos los días es ya una bendición. Nadie sueña con ingresar en ese selecto grupo del 2 por ciento de nuestra población que termina estudios universitarios. Y faltándonos las cosas básicas como comida o agua potable, o techo, o inmunizaciones a temprana edad contra enfermedades que en el Norte ya han sido derrotadas, mucho menos nos preocupa poder tener otros beneficios de la civilización como teléfono, automóvil, aire acondicionado o mil productos más que vemos a la distancia –y que, de todos modos, nos los ofrecen hasta el hartazgo diciéndonos que con todo eso se consigue la felicidad–. Utilizar internet en la tan cacareada "sociedad de la información" es un privilegio que ni se nos ocurre en el Sur, siendo que apenas un 1 por ciento de nosotros está en condiciones de hacerlo.

 

Ser del Sur es una maldición. Sí, sí… así como oyen, con todas sus letras: ¡una maldición! ¿Cómo entender, si no, que por el solo hecho de nacer, un ciudadano del Sur –bueno, un bebé, que no sé si ya lo podemos considerar ciudadano– ya está debiendo 5.000 dólares a los bancos del Norte? ¿Alguien puede explicar eso? Si la consigna del Banco Mundial –supuestamente una organización al servicio de toda la Humanidad– es: "Nuestro sueño: un mundo sin pobreza", ¿cómo resulta posible que sea el encargado de cobrar puntualmente una deuda ficticia, infame, inmoral, contraída en condiciones denigrantes y que nos condena a la postración desde el momento mismo en que venimos al mundo? ¿A algún deudor del Sur le sirvieron de algo esos 5.000 dólares?

 

Podrán decir, quizá, que hablo con resentimiento. No es así. Hablo con mucha cólera, muchísima. ¡Y no lo oculto! Digo todo esto profundamente enojado, pero no con resentimiento. Sé que en el Norte también hay blancos pobres. Y muchos. Sé que no toda esa población nos desprecia y se aprovecha de nosotros. O, en todo caso, entiendo que si la conciencia generalizada allá es racista y la gran mayoría de la gente mira con desdén a quienes no usamos una tarjeta de crédito o saco y corbata, por lo que nos siguen tratando de "incivilizados", ello tiene una historia. La explotación no se da sólo hacia los pobres y no-blancos del Sur. También en el Norte hay explotación, injusticias, exclusión; y si el ciudadano medio de estas sociedades opulentas lo único que considera y le importa de verdad es tener la refrigeradora llena de comida, el automóvil en la puerta de su casa y un aparato de televisión para distraerse (¿no es eso también una tremenda forma de pobreza humana?), entiendo que todo eso tiene una explicación. Si durante siglos se les dijo que "ellos" eran la avanzada del planeta –y gracias a nuestro trabajo, como esclavos en muchos casos, y a los recursos que nos robaron y siguen robando en cantidades monumentales, su calidad de vida ha sido superior a la nuestra este último tiempo– es totalmente comprensible que se terminen creyendo la historia de la "superioridad". Pero insisto: no hablo desde un sentimiento. Lo que digo son puras verdades. Yo no odio a los blancos; en todo caso me rebelo contra la discriminación, contra la injusticia. Y los ciudadanos del Sur, lamentablemente, sabemos demasiado de esto porque lo sufrimos a diario.

 

También dentro del Sur mismo se dan injusticias, por supuesto. No debemos quedarnos con la idea que los blancos del Norte son "malos" por naturaleza y el Sur es un paraíso de "buenos salvajes" arruinados por la civilización de los blancos. Eso sería absolutamente injusto; y además: una estupidez. En nuestras tierras, desde que hay historia registrada, se sucedieron imperios, guerras, conquistas, sistemas esclavistas, sacrificios humanos, hambrunas provocadas, injusticias. Eso no es nuevo ni es invento del Norte. Pero ahora, en estos últimos siglos, dado la tecnología que en esa parte del mundo se logró desarrollar, las diferencias se hicieron tan odiosas, tan oprobiosas que no podemos menos de levantar la voz ante ello con toda la fuerza. Por ejemplo: los "desarrollados" del Norte disponen hoy de una cantidad de armamento nuclear tan grande que, de hacerse explotar en su totalidad, borraría toda forma de vida sobre la superficie de nuestro planeta produciendo una onda expansiva tan fenomenal que llegaría hasta la órbita de Plutón. Pero esta supuesta proeza técnica no impide que cada siete segundos muera de hambre alguien en el Sur. ¿Les parece que no es motivo suficiente para estar hondamente encolerizado?

 

También en el Sur, decía, hay injusticias. Y algunos de los nuestros, algunos negros, o "chinitos" como llaman en el Norte a cualquier oriental, o algunos indígenas…es decir: algunos de los no-blancos que viven en nuestras sufridas sociedades también son unos explotadores de sus mismos hermanos. Muchos de estos "primitivos ilustrados" han estudiado en el Norte y se sienten más norteños y blancos que  un oriundo de allá. Pero no debemos olvidar que es el Norte el que concentra la mayor parte de la riqueza y del poder del mundo. Permítanme decirles que el patrimonio de las 358 personas cuyos activos sobrepasan los 1.000 millones de dólares –pequeño grupito que puede caber en un moderno avión Boeing 747supera el ingreso anual combinado de países en los que vive el 45 por ciento de la población mundial, por supuesto, toda del Sur. ¿Hay derecho para eso? Ah, y obviamente ese grupito está integrado básicamente por blancos del Norte.

 

Como es tan grande esa dominación, esa imposición, como el Norte ha tomado tal supremacía sobre nosotros, sobre nuestros pueblos, sobre nuestras vidas, y también ¡sobre nuestras mentes!, por todo ello es que muchos en el Sur no vemos otra escapatoria a nuestra situación que imitar al Norte. Nos han hecho creer de tal modo que somos unos "bárbaros primitivos" que finalmente muchos de nosotros lo terminaron aceptando. ¡Y hasta se imita al amo del Norte sin pensar lo que eso significa! ¿Cuántos de nosotros no se tiñen el cabello de color rubio, por ejemplo? Aclaro que jamás he visto un blanco disfrazándose de negro, de indio, de oriental, ni tiñéndose el cabello de color castaño. Nosotros, a lo sumo, somos "exóticos"; si se toma algo de nuestras culturas es sólo en forma descontextualizada, fragmentaria. Con buena suerte, es un agregado circunstancial a la "civilización desarrollada". ¿Pero cómo es posible llegar a ese grado de hipocresía? El discurso dominante del Norte se considera a sí mismo –y por otro lado, nos lo impone a la fuerza– como "el" discurso de la verdad. En todo: en lo económico, en lo político, en lo cultural. ¿Cómo la organización que se ocupa de la cultura a nivel planetario, la UNESCO, podría tener como símbolo genérico de identificación un templo del imperio griego que floreció en el Mediterráneo dos milenios y medio atrás sentando las bases de la modernidad europea si no fuera por un absoluto prejuicio blanco? ¿Esa es "la cultura"? Y una pagoda china, o un bohío africano, o una pirámide maya, ¿son cosas "incivilizadas" entonces? ¿Por qué y hasta cuándo vamos a seguir con el prejuicio que el Norte vale más que el Sur? En general, desde las sociedades dominantes, hay un desprecio por lo del Sur… ¡siendo que aquí florecieron las grandes culturas de la Humanidad! ¿Somos acaso unos "incivilizados" los que nos vestimos de otra manera que los del Norte, los que tenemos otras costumbres, los que profesamos otras religiones? El primer ser humano, estimado lector, fue negro, ¡no lo olvidemos nunca!  

 

¿Con qué derecho –o con qué cuestionable arrogancia– pueden tratarnos de sub-desarrollados quienes nos diezmaron, quienes llevaron el planeta al borde de una catástrofe ambiental, quienes pusieron en marcha un modelo de vida que valora por sobre todas las cosas la propiedad privada y considera que la tierra, el agua, el aire que respiramos o las plantas y los animales de los que nos valemos pueden tener dueño? ¿Ese es el modelo de "civilización avanzada" que debemos seguir? La inconmensurable mayoría de población del Sur no consume locamente provocando daños a la naturaleza, pero es quien más sufre los efectos de esa catástrofe civilizatoria a través de la falta de agua, las hambrunas, los desastres naturales. Permítaseme este ejemplo: mucha población de las riberas de varios mares del Sur tendrá que abandonar sus actuales lugares de habitación en un par de décadas porque las aguas crecen sin detenerse producto del derretimiento de los polos; y ello debido a la contaminación ambiental enfermiza que se sufre, siendo que los damnificados prácticamente no han vertido un gramo de agentes contaminantes. ¿Quiénes son los primitivos, los atrasados y bárbaros?

 

Querido lector: ¿no ha llegado ya la hora de cambiar todo esto?

Un ciudadano del Sur



miércoles, 25 de agosto de 2021

OLIMPÍADAS: ¿NEGOCIO O MECANISMO DE CONTROL?

Yo fui medallista campeona en dos Juegos Olímpicos en una especialidad que no viene al caso en este momento. Ahora, algunos años después, mirando para atrás toda esa historia, me pregunto consternada: ¿para qué toda esa estupidez? Fomentar el deporte no es, en absoluto, tener atletas de élite. No, no. Eso es una locura que tuvo lugar durante la Guerra Fría, y que no ha parado. ¿Para qué sacrificar a jóvenes con cinco, ocho, diez horas diarias de rigurosísimos entrenamientos durante los mejores años de su juventud? Parece el entrenamiento de astronautas. Ahí lo creo pertinente, me parece correcto: un astronauta, aunque no se vea inmediatamente, aportará algo a la humanidad. Es como un artista que ensaya horas y horas y horas, un virtuoso del violín, una bailarina clásica: algo deja a la gente. Ahí sí vale el esfuerzo. Pero ¿para qué sirve nuestro esfuerzo de atletas? ¿Parte de la Guerra Fría? ¿Para demostrar que el país al que represento es “mejor” que todos? ¿Dónde quedó el amateurismo y el espíritu deportivo? Ahora solo negocios y competencia. ¿Y para eso hay que tomar drogas supuestamente legales, siempre a escondidas, someterse a monstruosas dietas, sacrificar el cuerpo? ¡Por favor! ¡Qué estupidez!”, dijo vez pasada una deportista olímpica.

 

Acaban de terminar los XXXII Juegos Olímpicos en Tokio, Japón. Con un costo de más de 25,000 millones de dólares, esta nueva edición resulta ser la más cara en la historia de las Olimpíadas de verano. ¿Quién gana con esto?

 

En forma creciente, los atletas entran en la lógica comercial. Hablar de "amateurismo" en el deporte hoy puede ser motivo de risas. Muchos jóvenes ni siquiera escucharon jamás el término "deporte amateur". Pronunciarlo en medio de la fiebre "deportiva" que recorre el planeta (culto a la profesionalización y al mercado de atletas, así como al sacrosanto fútbol profesional que barre todo el mundo, con fichajes astronómicos), podría incluso pasar por un absurdo.

 

El espíritu amateur que se pusiera en marcha con la reedición moderna de los Juegos Olímpicos de la mano del Barón Pierre de Coubertin en 1896 en Atenas, ya no existe. El deporte, por cierto, no nació como actividad profesional; distintas sociedades, a su modo, lo han cultivado a través de la historia, siempre como culto a la destreza corporal. La profesionalización y su transformación en gran negocio a escala planetaria es algo que solo el capitalismo moderno pudo generar”, osó declarar hace unos años un funcionario del Comité Olímpico Internacional -COI-. Por supuesto, eso le costó la expulsión.

 

¿Por qué el deporte debe ser "profesional"? Aparentemente no hay respuestas; sería como preguntarse: ¿por qué tomar Coca Cola? Son cosas que, en principio, no admiten discusión. Sin embargo, definitivamente debemos seguir interrogándonos, discutir lo que parece obvio. Las cosas no son "naturales"; tienen historia (la historia la escriben los que ganan), por eso hay que seguir cuestionándonos todo. ¿Cómo se pasó del amateurismo a la hiper profesionalización? ¿Por qué hay que hacer controles antidoping a los atletas: es que acaso se supone que pueden ser tan deshonestos de intentar mejorar su rendimiento en base a estimulantes? Bueno…, parece que sí.

 

Seguramente la mayoría de la población mundial, preguntada sobre este monumental circo de los deportes profesionales, estaría de acuerdo con mantener la situación actual: agrada "consumir" deportes. O más aún: consumir espectáculos audiovisuales donde el deporte es la estrella principal, en general vía televisión, azuzando nacionalismos.

 

El campo socialista, décadas atrás, si bien fomentó una nueva actitud hacia el deporte, no contribuyó en mucho a disminuir la tendencia a su profesionalización; por el contrario, también la favoreció. El deporte profesional fue un ámbito más de batalla durante la Guerra Fría, y los disparates humanos a los que llegó la mercantilización capitalista tuvieron su símil (igualmente disparatado) en el mundo socialista. Hoy día China, con su enigmático "socialismo de mercado", parece ofrecer más de lo mismo. Las potencias son potencias en todo: ¡también en lo deportivo! Hay que demostrar que "se las pueden".

 

La práctica deportiva, en tanto desarrollo sistemático de habilidades y destrezas físicas, en tanto recreación sana, ocupa indudablemente un lugar importante entre las construcciones humanas; pero secundario si se la compara con el peso específico que ha ido adquiriendo su profesionalización. El deporte, o eso que vemos por televisión casi cada día, con programas específicos, o esa fiesta de las Olimpíadas o los Mundiales de Fútbol realizados sistemáticamente cada dos años, desde hace ya décadas, y cada vez más, se ha tornado 1) gran negocio, y 2) instrumento de control político-social. Y también, siguiendo la lógica de la que nos hablaba la cita inicial, campo de batalla por la supremacía global. ¿Por qué solo Estados Unidos, China o Rusia pueden ganar unas Olimpíadas? Porque solo esos países son las super potencias que marcan el rumbo del mundo.

 

En un mundo donde absolutamente todo es mercancía negociable no tiene nada de especial que el deporte, como cualquier otro campo de actividad (la investigación científica, la sexualidad, la muerte, la guerra, la salud humana, el agua que bebemos, el aire que respiramos), sea un producto comercial más, generando ganancias a quien lo promueve (valor de uso y ¡valor de cambio! dijo un pensador decimonónico supuestamente superado hoy día). Desde ya esto, el valor de cambio, en sí mismo no puede ser reprochable en la lógica de mercado imperante. Simplemente reafirma el esquema universal que sostiene el mundo moderno, capitalista, donde todo es un bien para el intercambio mercantil.

 

En este contexto, del que hoy ya nada y nadie pueden escapar, la práctica deportiva ha llegado a perder -al menos en buena medida- su carácter de esparcimiento, de pasatiempo. Esto trajo como consecuencia su ultra profesionalización, con la aplicación de modernas tecnologías a sus respectivas esferas de acción. Todo lo cual ha mejorado, y sigue haciéndolo a un ritmo vertiginoso, su excelencia técnica. Día a día se rompen récords, se logran resultados más sorprendentes, se superan límites ayer insospechados.

 

De todos modos, la imperiosa pregunta que se abre es respecto al lugar que en todo ello ocupa la población. Los ciudadanos de a pie que no ganamos medallas olímpicas, que en todo caso podemos practicar un deporte amateur, más bien pasamos a ser meros espectadores pasivos (consumidores) de un espectáculo/negocio -montado a nivel internacional- en el que no se tiene ninguna posibilidad de decisión. La recreación termina siendo sentarse a mirar ante una pantalla. Con el rompimiento de marcas y fichajes cada vez más multimillonarios: ¿mejoran las políticas deportivas dedicadas a las grandes masas, a los jóvenes? ¿En qué medida influye este "circo", convenientemente montado, en la calidad de vida de los habitantes de la aldea global? ¿Promueve acaso una vida más sana, o no es más que una nueva versión -sofisticada- del antiguo "pan y circo" romano? (como alguien dijo mordaz: cada vez con más circo y menos pan).

 

Es aquí donde debe profundizarse la crítica. El desarrollo del perfeccionamiento deportivo ("más rápido, más fuerte, más alto") no redunda en una popularización del ejercicio físico para todos. El lema de "mente sana en cuerpo sano", pese a las cifras astronómicas que circulan en los circuitos profesionales de los modernos coliseos, no conlleva forzosamente un mejoramiento de la actitud para con el deporte (por el contrario, si bien el cuidado corporal se ha disparado en estos últimos años y florecen los gimnasios, también crece mundialmente el consumo de drogas, ¡incluidos los deportistas profesionales!).

 

¿Será que mientras más se "consumen" deportes menos se piensa, menos se abren críticas? ¿No es absurdo que cada vez haya que perfeccionar más los controles anti-drogas en los atletas? Eso, como mínimo, debería llevar a cuestionarnos el circo, por no decir a darle la espalda y a profundizar la crítica de la lógica de mercado que lo propicia. Como dijo la medallista citada: "¿Para qué sirve nuestro esfuerzo de atletas? ¿Parte de la Guerra Fría? ¿Para demostrar que el país al que represento es "mejor" que todos?"



lunes, 23 de agosto de 2021

¿QUIÉN PAGA IMPUESTOS?

La carga fiscal en Guatemala es de las más bajas de toda Latinoamérica: 10%. Es decir: en otros países de la región, el Estado recauda entre 20 y 25% del Producto Interno Bruto en calidad de impuestos. En países del Norte (Canadá, norte de Europa), esa carga impositiva llega al 60%. Los Estados viven de los impuestos. No hay otra manera de sobrevivir.

Estamos pobres porque los “repugnantes, corruptos y asquerosos funcionarios públicos se roban los impuestos”, se vocifera, … ¿o porque no se pagan impuestos? Los Acuerdos de Paz fijaban un piso de 12% en la carga impositiva, para gradualmente llevarla a 20% de la riqueza nacional. Nunca se cumplió. ¿Quién evade impuestos? ¡¡¡Todo el mundo!!!, pero FUNDAMENTALMENTE la gran empresa.

Se compran facturas, se “pistea” para conseguir cosas, se escamotea en las declaraciones al fisco, el comercio informal no paga impuestos… PERO EL GRAN PROBLEMA ES QUE QUIEN TIENE QUE PAGAR BÁSICAMENTE ¡NO PAGA! Es decir: los grandes capitales miran para otro lado y evaden.

Cuando la CICIG (¿o la Embajada?) ajustó cuentas, Aceros de Guatemala –gran empresa nacional de las grandes familias tradicionales– debió cancelar casi 800 millones de quetzales (100 millones de dólares) de impuestos no pagados. ¿Se entiende por qué el Estado nacional es raquítico? No porque Jimmy Morales, o tal diputado o tal alcalde se queda con un vuelto. ¿Se entiende?



domingo, 22 de agosto de 2021

¿DEMOCRACIA?

Este mito de la democracia parlamentaria actual no es sino eso: mito, ficción, fantasía, burda manipulación.

 

El orden del mundo no lo decide el “ciudadano” votando cada cierto tiempo. Eso es patéticamente absurdo. Los presidentes -todos, de todos los países- son, en definitiva, empleados de los verdaderos tomadores de decisiones. ¿Quién establece el precio del petróleo, lo que un país debe producir, el inicio de las guerras, el entretenimiento para mantener “felices a los esclavos”? La gente, el ciudadano de a pie, la persona que está leyendo este texto: ¡no! Eso se decide a puertas cerradas entre muy pocas personas en el mundo. En las sociedades de clase, siempre fue así: el rey y su séquito, el faraón, el sumo sacerdote, los mandarines, la gente que maneja el Fondo Monetario Internacional, que a su vez recibe órdenes de los que se sientan en un lujoso pent house climatizado con enormes jacuzzis, esos lugares intocables a los que “la plebe” no puede acceder jamás, esos de quienes ni siquiera conocemos sus nombres. ¡Esos son los que deciden!, y no la “indiada” por medio de un sufragio. ¿Quiénes son los dueños de la Exxon-Mobil, o de la Coca-Cola Company, del JPMorgan Chase & Company, de la Pfizer?). ¿Cuándo cambiará eso? …, no lo sabemos ni lo estamos previendo. Lo que sí está por demás de claro, como dijo el francés Honoré de Balzac, que todo poder es una conspiración permanente.” Las leyes, lo sabemos, no son justas ni equitativas, y no las deciden las mayorías: “La ley es lo que conviene al más fuerte”, expresó Trasímaco de Calcedonia en el siglo IV antes de nuestra era. “Las leyes están hechas para y por los dominadores, y conceden escasas prerrogativas a los dominados”, dijo Sigmund Freud en 1932.

 

Por eso, creer en la democracia formal que nos venden como panacea, eso de “darle poder al soberano”, que “el pueblo manda a través de su voto” es, como mínimo, un chiste de pésimo gusto.



viernes, 20 de agosto de 2021

ESTADOS UNIDOS Y LOS PRESIDENTES FABRICADOS

Washington “fabricó” al presidente paralelo Juan Guaidó en Venezuela, desconociendo al mandatario democráticamente elegido: Nicolás Maduro. Del mismo modo, intenta erigir como “presidente” alterno en Rusia a su títere Alexei Navalny, en detrimento del presidente electo Vladimir Putin.

 

¿TENDRÁ PREPARADA YA LA FIGURA DE REEMPLAZO PARA ALEJANDRO GIAMMATTEI EN GUATEMALA?



 

jueves, 19 de agosto de 2021

DISFRUTA LO QUE DIOS TE DA….

¡Y NO JODAS! ¡¡NO PIDAS MÁS!!

 

LAS RELIGIONES, TODAS, ABSOLUTAMENTE TODAS POR IGUAL, LLAMAN AL CONFORMISMO, A ACEPTAR MANSAMENTE LA ESTRUCTURA SOCIAL DADA.

 

En el libro sagrado de la religión católica, por ejemplo, puede leerse:

 

"No pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos".

Timoteo 6:17:

 

Y en el Eclesiastés 9:7-10:

"Así que anda ahora, come, bebe, disfruta y sé feliz. Tranquilo, que Dios aprueba eso. Viste bien y luce bien. Disfruta la vida con la esposa que amas, todos los días de tu corta existencia que Dios te permite vivir bajo el sol. Eso es lo que te corresponde de tu vida y tu trabajo bajo el sol. Cada vez que encuentres un trabajo que hacer, hazlo lo mejor que puedas. En el sepulcro no hay trabajo, ni pensamiento, ni conocimiento ni sabiduría y para allá vamos todos."

 

HAY QUE CONFORMARSE. TODO PARECE ESCRITO PARA QUIEN TRABAJA: ¡CÁLLESE LA BOCA Y NO PROTESTE!

PERO…. A LOS RICOS, ¿SE LES DA EL MISMO MENSAJE?

 

SI DIOS AMA A LOS POBRES Y HUMILDES, Y ASÍ NOS VA… ¡¡CÓMO SERÍA SI NO NOS AMARA!!



miércoles, 18 de agosto de 2021

TALIBANES Y MUJERES EN AFGANISTÁN

LA VERSIÓN QUE NUNCA SE CUENTA DE LO QUE SUCEDIÓ EN EL PAÍS ….

 

En Afganistán en 1978 se dio una Revolución Socialista, conocida como Revolución Saur o Revolución de Abril. Se conformó entonces la República Democrática de Afganistán, conducida por el Partido Democrático Popular de Afganistán (PDPA), de izquierda, la que recibió el apoyo de la Unión Soviética. La revolución promovió una importante reforma agraria, legalizó los sindicatos, estableció un salario mínimo, fijó un impuesto progresivo a la renta, redujo el precio de alimentos de primera necesidad, prohibió el cultivo del opio (materia prima para elaborar heroína, de la que es principal consumidor mundial Estados Unidos), promovió cooperativas campesinas, inició una campaña de alfabetización proyectando desarrollar las industrias pesada y ligera. En ese marco se creó el Consejo de Mujeres Afganas, emitiéndose un decreto para “garantizar la igualdad de derechos entre mujeres y hombres en el ámbito del derecho civil y eliminar las injustas relaciones feudales patriarcales entre esposa y marido”. El nuevo gobierno socialista criminalizó los matrimonios por dinero o forzados, permitiendo que las mujeres eligieran libremente su esposo y su profesión, y de ningún modo, nunca jamás obligó a la burka (ver las fotos de abajo). Por el contrario, elevó considerablemente la situación de las mujeres, ayudando a su desarrollo personal y social, tal como hace siempre el socialismo en cualquier país.

 

Con la llegada de los talibanes (creados y apoyados por la CIA para “crearles su propio Vietnam a los soviéticos”, como declarara Henry Kissinger, asesino internacional que, curiosamente, recibió el Premio Nobel de la Paz), se terminó con el proyecto socialista, y la situación de la mujer sufrió tremendo retroceso. ¡Ahí sí se empezó a usar la burka!

 

Ahora Estados Unidos, después de haberle hecho ganar millones y millones de dólares a su complejo militar-industrial con una guerra que no pudo ganar, y luego de haber masacrado a miles de personas del país, deja Afganistán y los talibanes toman el poder. No está claro aún cómo es toda la jugada. 20 años de guerra para –oficialmente al menos– sacar a esos “extremistas fundamentalistas” de en medio, luego de lo cual Washington decide irse dejando todo igual, ¡¡PERO SIN REVOLUCIÓN SOCIALISTA!! (¿eso era lo importante?) Lo cierto es que para las mujeres estas no son buenas noticias.



martes, 17 de agosto de 2021

LA HIPOCRESÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Los Derechos Humanos sirven para todo. Es como esos conceptos resbaladizos y engañosos de “democracia”, o “libertad”. En nombre de los Derechos Humanos se puede hacer cualquier cosa. Eso sí: ¡no tocar la estructura económica, no denunciar la explotación!

 

¿Por qué decir eso? Porque en nombre de esos “sacrosantos derechos” se puede, por ejemplo, acusar de delitos de lesa humanidad a lo que ocurre hoy en Venezuela (según Informe de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, con fecha del 15 de junio, firmado por el fiscal Fatou Bensouda…. ¿pronto será con Cuba el ataque?), mientras se dejan de lado las tropelías más repugnantes (20,000 personas muertas diariamente por falta de alimentos en todo el orbe).

 

¿No son delitos de lesa humanidad acaso el hambre evitable, las guerras, los gastos militares infinitos, el almacenar vacunas anti COVID en el Norte en detrimento del Sur, robar recursos naturales a otros países, invadir cualquier región del mundo en nombre de los Derechos Humanos, manipular la opinión pública, cerrar el paso a inmigrantes dejando que mueran en su viaje, instalar dictadores, prohibir las armas nucleares “malas” de otros en tanto las propias son consideradas “buenas”, fomentar la narcoactividad, vigilarnos desde los satélites?, solo por dar algunos ejemplos.

 

¿CUÁNDO SE TERMINARÁ CON TANTA HIPOCRESÍA?

 


lunes, 16 de agosto de 2021

GUATEMALA: DERROCAR PRESIDENTES YA ES DEPORTE NACIONAL, PERO…. ¿Y LA LÍNEA 2?

Pareciera que pedir la destitución de los mandatarios es una salida a los problemas nacionales. Ya pasó a ser “moda” la cuestión. Otto Pérez Molina primero, casi se logra con Jimmy Morales, ahora se pide la renuncia de Alejandro Giammattei…  Pero, ¿y después? ¿Confiamos en un Superman que venga a la casa de gobierno y resuelva las penurias estructurales del país? ¿Realmente nos creemos eso?

Se metió preso a los de La Línea. ¿Y LA LÍNEA 2? Los que financiaron ILEGALMENTE a Jimmy Morales pidieron perdón públicamente y asunto concluido. Entonces: ¿no son los presidentes de turno solo los chivos expiatorios, gerentes, capataces que cumplen fielmente con las órdenes que dan otros? Dejemos por un momento de lado la LÍNEA 1 y pensemos en sus verdaderos patrones: LA LÍNEA 2. Ahí está el verdadero problema.



 

domingo, 15 de agosto de 2021

GUATEMALA: UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

Periodista: Dicen que usted mató a una persona en México.

Candidato presidencial: No una. ¡Dos! Si eso hice por defender a mi familia, ¿qué no haría por defender a mi patria?

 

Esas declaraciones sirvieron para que ese candidato ganara las elecciones presidenciales en el 2000. ¿Cultura de violencia?

 

 

·         La historia de Guatemala como Estado-nación moderno, desde la llegada de los conquistadores españoles a la fecha, está marcada brutalmente por distintas formas de violencia. Los más de cinco siglos transcurridos desde el contacto de los pueblos mayas con los invasores españoles terminaron generando una sociedad absolutamente asimétrica. En la misma, los descendientes de los conquistadores y las clases dominantes vernáculas que fueron desarrollándose, mantuvieron hasta la fecha enormes y desiguales beneficios sobre los pueblos originarios. Con el tiempo, esas irritantes diferencias no sólo no se achicaron, sino que se mantuvieron e incluso se agrandaron, haciendo del país uno de los más desiguales en el mundo, donde la renta nacional está más inequitativamente repartida. Esas enormes asimetrías estructurales se ampararon en un despiadado racismo.

 

·         La matriz de relación político-cultural que se fue imponiendo para todas las vinculaciones humanas –no sólo las económicas– estuvo dada por el autoritarismo (una de las tantas formas de la violencia). Así, las relaciones étnicas, las de género, las generacionales y, en general, las distintas modalidades de tratamiento entre grupos y/o individuos, están atravesadas por patrones verticalistas, autoritarios. Violentos, en definitiva. Quien manda, según esta ya asimilada cultura, tiene derecho de mandar sin atenuantes; y quien obedece, obedece sin mayores cuestionamientos.

 

·         Esa cultura autoritaria fue dando como resultado una particular forma de apreciar la vida del otro subestimado. De esa forma, desde el ejercicio de poderes siempre marcadamente asimétricos, la integridad física y psicológica del otro subestimado, el otro “inferior”, quedó a merced del superior, lo cual estableció una matriz de impunidad generalizada: el dominador puede hacer casi lo que desea con el dominado o, al menos, puede imponerle sus criterios con total naturalidad, porque la normalidad aceptada es obedecer sin protestar.

 

·         Estas matrices autoritarias y violentas marcaron también los rasgos distintivos con que se organizó y se desenvolvió el Estado durante varios siglos. El Estado, lejos de ser una instancia destinada a armonizar las relaciones entre los distintos grupos sociales, fue una prolongación del dominio de las clases dominantes. Durante siglos funcionó con patrones racistas, excluyentes de las grandes mayorías, capitalino y desinteresado del interior del país, y sumamente deficiente en su función de llevar servicios y satisfactores que aseguraran el bien común para la totalidad de la población. En general el Estado estuvo puesto al servicio y beneficio solo de un determinado grupo de poder.

 

·         La falta de canales de expresión democrática para las grandes mayorías, su exclusión histórica y la insatisfacción dominante en las mismas, pasada la corta experiencia en que se intentó un nuevo modelo de sociedad entre 1944 y 1954, sumado a la represión violenta de que fue objeto desde siempre, pero más aún luego de ese período específico de mediados del siglo pasado, desató reacciones de violencia armada desde grupos populares como modos de respuesta a una situación que no encontraba espacios políticos. Terminada oficialmente la guerra interna en 1996, salvo algunos cambios puntuales bien acotados (por ejemplo: una mayor presencia maya en la agenda nacional, muy pequeña aún, pero mayor que en años atrás, o una discusión abierta sobre la crónica violencia de género, igualmente muy pequeña aún, pero mayor que en años atrás también), las causas estructurales de violencia y exclusión político-económica persisten.

 

·         Las poblaciones perciben, imaginan y procesan las violencias según circunstancias históricas concretas. Los imaginarios colectivos de violencia, por tanto, cambian en el tiempo, se reconfiguran. En la sociedad guatemalteca ha sido una constante el autoritarismo, el verticalismo patriarcal y el desprecio del otro diferente (siempre en la óptica de que quien desprecia es el que detenta una mayor cuota de poder). A través de los años, ese cambio fue grande, rápido, pero no dejó de presentar matrices comunes: la violencia no asusta, no conmueve, sino que está enraizada como hecho cultural. El conflicto armado y la militarización que se vivieron por casi cuatro décadas potenciaron la violencia a niveles y alarmantes en prácticamente todos los espacios de la vida nacional.

 

·         La segunda mitad del siglo XX estuvo marcada en muy buena medida por acontecimientos político-ideológicos que reproducían las matrices globales con que se movía la sociedad. Durante años Guatemala vivió y sufrió la Guerra Fría. La confrontación entre dos modos de vida (capitalismo y socialismo) se tradujo internamente en una lucha que no fue sólo ideológica sino que tuvo consecuencias materiales espantosas.

 

·         El “combate al comunismo” de la Guerra Fría viene marcando los diversos espacios públicos de la sociedad desde mediados del siglo pasado. Durante la época del gobierno revolucionario de Juan José Arévalo-Jacobo Arbenz, el imaginario de violencia dominante estuvo dado por esa pugna ideológica: comunismo-anticomunismo, articulada con la Guerra Fría que dominaba el panorama internacional. De todos modos, la violencia no era la preocupación dominante en el colectivo, en ninguna de sus expresiones. La lucha ideológica, que se transformó rápidamente en enfrentamiento político, derivando luego en acción militar abierta (obviamente, violenta por definición) fue una constante animada desde los sectores de poder que veían perder sus privilegios.

 

·         Caído el gobierno de Jacobo Arbenz, el imaginario de violencia que prevaleció estuvo ligado directamente a la militarización de la sociedad: con acciones militares concretas en la zona rural (el altiplano de presencia maya), con guerra sucia en la capital y las principales ciudades, con desaparición forzada de personas y hechos de tortura selectiva. La violencia, para estas cuatro décadas, estuvo ligada directamente al campo político, y por extensión: militar. Otras formas de violencia no dejaron marcas significativas en los imaginarios. La violencia delincuencial no contaba como problema. La cuestión que marcó el período era cómo sobrevivir en ese mar de tanta violencia: o evitarla no “metiéndose en nada” o, para quienes tenían algún nivel de compromiso político, cómo sortear la masividad de esa violencia que no dejaba alternativas.

 

·         Desde firmada la paz, y de allí en forma creciente hasta nuestros días, el imaginario social de la violencia liga ésta en forma casi exclusiva con la delincuencia. Producto de acciones mediáticas que, deliberadamente o no, ponen la violencia delincuencial como el principal problema de la sociedad, la población, en su amplia mayoría, identifica violencia con esta nueva “plaga” que pareciera atacar todo, sin distinciones de clase, de etnias, de género, etáreas. No es exagerado decir, a modo de síntesis de este nuevo imaginario, que la percepción generalizada afirma resueltamente que “la delincuencia nos tiene de rodillas”. Esa violencia vivida como algo sin límites, omnipresente, mucho más dañina aún que la experimentada en los años de militarización y conflicto armado abierto, tiene como actores a nuevos personajes sociales: el crimen organizado, el narcotráfico, las pandillas juveniles (maras). En alguna medida, la delincuencia se une a pobreza, con lo que ésta es fácilmente criminalizable.

 

·         En todos los casos, el imaginario de violencia apunta a que “yo nunca soy el violento” (la violencia nunca se reconoce en primera persona), pero sí lo son otros grupos: durante la revolución del 44, según el punto de vista elegido, los violentos son o los “inditos que querían mandar y los comunistas de Arbenz que los agitaban”, o los sectores conservadores que finalmente desataron la contrarrevolución con apoyo estadounidense. Durante los años de militarización, el imaginario dominante de violencia ligaba la misma a la figura del “delincuente subversivo que quería trastocar los valores de patria, familia, dios y propiedad privada” o, por otro lado, al Estado contrainsurgente, capaz de cometer cualquier acto, por más ilegal que fuera. Finalmente, en los años del post-conflicto, años que se van construyendo para el imaginario social como más violentos aún que los de la guerra interna, la violencia queda ligada a la delincuencia, y en buena medida a jóvenes pobres, provenientes de los sectores urbanos más excluidos: las maras. La violencia delincuencial es masiva, está en todas partes y a cualquiera le puede tocar. En ese sentido, puede tornar la vida cotidiana una verdadera pesadilla. En general, como imaginario muy desarrollado, una forma de afrontar todo esto es la salida punitiva: más armas, más seguridad, más alambradas, más casas amuralladas, desconfianza, no participación en nada más allá de lo estrictamente necesario, aprobación de la pena de muerte, asentimiento de los linchamientos. La sensación dominante es de miedo y parálisis ante la situación, y ninguna de estas conductas violentas contra el “otro indeseable” se reconoce como violenta. 

 

·         La pandemia de COVID-19 que se ha instalado desde el 2020 no altera sustancialmente nada. En todo caso deja al desnudo –una vez más– la verdadera dinámica de la sociedad: una minoría que “se salva”, pudiendo ir a vacunarse fuera del país (a Estados Unidos básicamente) y con acceso a sistemas privados de salud, con una más que minúscula oligarquía que sigue siendo el auténtico factor de poder financiando a la clase política que saca leyes a su medida, junto a sectores de nuevos ricos surgidos en los últimos años de represión contrainsurgente aunados a negocios de dudosa reputación (narcoactividad, contrabando, contratistas de Estado), sobre la base de una extendida masa paupérrima de trabajadores varios, pueblos originarios, asalariados y sub-asalariados, que continúa teniendo como una de sus pocas salidas el marchar a Estados Unidos en condición irregular. Pese a esa pandemia, la delincuencia callejera no ha bajado; disminuyó en el primer año de confinamiento, habiendo vuelto a subir en el 2021.

 

·         Como conclusión: la violencia hace parte sustancial de la historia del país, y no se ve cómo encontrarle reales caminos para su superación.