jueves, 31 de diciembre de 2020
miércoles, 30 de diciembre de 2020
24 AÑOS DE LA FIRMA DE LA PAZ…. ¡PERO NO HAY PAZ!
Ayer se cumplieron 24 años de la Firma de la Paz Firme y Duradera en Guatemala. ¡Estalló la paz!, se dijo…, pero la paz nunca ha llegado.
“Cuando terminó la guerra
volvió el soldado a casa.
Pero no tenía ni un
mendrugo.
Vio a alguien con pan
y lo mató.
No debes matar,
dijo el juez.
¿Por qué no?
preguntó el soldado”.
Esta poesía de Wolfgang
Borchert pinta cabalmente la dificultad de pasar de un momento guerra a la vida
sin guerra. Quienes participan en los conflictos bélicos deben hacer un
profundo cambio psicológico para readecuarse a los nuevos tiempos. En guerra se
premia “matar” al enemigo. Cuantos más enemigos se maten: mejor. ¡Es un héroe
de la patria! Al pasar a la paz, matar se transforma en un delito. Proceso difícil,
sin dudas.
Siempre, en todo el mundo,
terminado un enfrentamiento militar, quienes “trabajaron” en ese duro oficio de
empuñar armas, sufren el cambio de “pacificar sus corazones”. Y siempre se
registra un alza en conductas delictivas ya en tiempos de pacificación. Es una
constante.
Pero en Guatemala, luego
de los primeros tiempos de la Firma de la Paz donde la “mano de obra” bélica desmovilizada
tuvo que reacomodarse, la violencia generalizada continúa. Más aún: se vive un
clima de zozobra que recuerda exactamente la época del conflicto armado. “Salimos
de casa a la mañana y no sabemos si regresamos vivos a la noche”.
En otros términos: se
firmó una paz formal, pero la paz nunca llegó. Las causas que motivaron el
inicio de la guerra en la década de 1960 se mantienen: pobreza estructural y
exclusión social. Y la explosión imparable de violencia que nos azota (crimen
organizado, narcoactividad, maras, extorsiones, robos callejeros diarios,
femicidio, secuestros de personas, corrupción generalizada e imparable) no
tiende a bajar. Lo que lleva a pensar que allí se juegan otras agendas
interesadas.
¿PARA CUÁNDO LA PAZ
ENTONCES?
martes, 29 de diciembre de 2020
CURIOSIDADES VIOLENTAS
Por efecto de la pandemia de COVID-19, a nivel mundial numerosos rubros económicos entraron en quiebra (el petróleo, por ejemplo). Pero algunos, sin embargo, aumentaron sus fortunas en forma exponencial (banca, tecnologías digitales, farmacéuticas). Lo curioso es que algunos sectores, sin dudas no esenciales, no dejaron de hacer fortunas, cerrando el año con superávit: fabricantes de armas y narcoactividad. ¿O serán esenciales esas cosas?
lunes, 28 de diciembre de 2020
CONFERENCIA DE BERLÍN “A LA AFRICANA”
Entre 1884 y 1885 en Berlín, Alemania, se reunieron los representantes de las potencias europeas. Allí virtualmente se repartieron el continente africano a su entera conveniencia. Por supuesto, ningún representante del África estuvo presente.
¿Podríamos imaginar hoy
una reunión en, digamos…. Addis Abeba, o Uagadugú, o Kampala, donde los
presidentes africanos, sobre un mapa de Europa, se repartirían ese continente a
su gusto?
¿Por qué un blanco con
delantal blanco es un médico, y un negro con delantal blanco es un heladero?
¿Por qué un blanco con un Mercedes Benz es un empresario exitoso y un negro con
similar vehículo es un chofer… o un auto robado?
LA HISTORIA LA ESCRIBEN
LOS QUE GANAN. PERO LA HISTORIA NO HA TERMINADO…
domingo, 27 de diciembre de 2020
FUERZAS ARMADAS EN LATINOAMÉRICA
Podemos dormir tranquilos: en Latinoamérica tenemos unas fuerzas armadas muy profesionales, balanceadas y eficientes que nos cuidan las espaldas…
sábado, 26 de diciembre de 2020
jueves, 24 de diciembre de 2020
GUERRA PSICOLÓGICA CONTRA VENEZUELA
Venezuela sigue sufriendo los feroces ataques del imperialismo capitalista, liderado por Estados Unidos, secundado por todos los países “libres” que se mueven al compás de Washington. Desde hace años hay montada una tremenda campaña anti-revolución bolivariana, propiciadora de un clima hostil contra el país caribeño, que presenta todo lo hecho ahí como un rotundo fracaso. Hace tres años se escribía al respecto algo:
https://www.elmercuriodigital.net/2017/05/guerra-psicologica-en-venezuela.html
Eso no ha perdido
vigencia, en absoluto. El ataque contra el proceso venezolano continúa: “la
narcodictadura castro-comunista” es mala palabra.
Al respecto, algún
embajador de Venezuela en algún país del mundo vio aquella nota al día de hoy,
y escribió:
Buenos días
Marcelo, aunque se trata de un artículo de tu brillante pluma e investigación
periodística de 2017, pareciera que hubiese sido escrito hoy, sin embargo, en
el transcurso de esos tres dolorosos años de acoso, persecución, mentiras,
manipulación y descrédito e intentos de aislamiento internacional, ni los
EE.UU, la UE, OEA, Grupo de Lima y las grandes corporaciones mediáticas, han
logrado su objetivo.
"Toda
guerra tiene muertes" "Toda guerra tiene un vencedor y un
derrotado". Pues bien, muertes hemos tenido, he leído que más de 50 mil
por hambre, por falta de medicinas y ahora hasta por naufragios a causa de los
traficantes de personas. Ganador, ninguno de quienes nos agreden pueden
levantar las banderas del triunfo porque no han triunfado. Hace tres años y
meses escribisteis ese artículo y fíjate que no hay un ganador, nuestro pueblo
resiste la agresión externa e interna. Guaidó ha fracaso, ese es ya un
derrotado, es un perdedor y con él quienes lo apoyaron y se negaron a ir a unas
elecciones organizadas por el Poder Electoral, ese mismo Poder que les dio el
triunfo en las parlamentarias de 2015. He ahí los primeros derrotados. El 5 de enero nace, de hecho ya nació, se
instala más bien, la nueva Asamblea Nacional. He ahí un ganador, el pueblo que
votó y eligió.
No nos
hacemos ilusiones con respecto al principal e ideólogo agresor, EE.UU y la
administración Trump, heredero del Decreto Obama, que con base a ello nos
ha mortificado hasta más no poder. Sin embargo, he ahí otro derrotado en esta
guerra, nada más y nada menos que los principales líderes de la guerra
asimétrica contra nuestra patria, Donald Trump, Pompeo, Elliot A., entre
otros, que desde el Departamento del Tesoro acabaron con nuestra economía.
Se van derrotados, y digo derrotados porque no lograron su objetivo de “cambiar
nuestro gobierno”, o sea este round lo ganó Venezuela y con ello la
Revolución Bolivariana.
No se trata
de una gran victoria ya que hemos tenido muchas bajas, hemos perdido gran parte
de nuestra economía, entre otras que bien conoces. Es pues un gran triunfo con
sabor amargo por una parte pero con sobrado orgullo por la otra. Hemos
demostrado al mundo por qué somos hijos de Bolívar, por qué derrotamos en el
campo de batalla al más moderno y entrenado ejército del mundo del siglo XVIII
y XIX, los españoles. Hoy llevamos ese triunfo y estamos convencidos de que la
nueva administración dejará posiblemente las balas y volverá a las palabras. Si
quieren nuestro petróleo, lo van a tener, pero lo tendrán que pagar conforme a
nuestra legislación, negociar es fundamental en las relaciones internacionales,
dentro de nuestra constitución todo, fuera de ella nada. Ellos saben que la
cercanía de Venezuela a los EE.UU es una ventaja pero a la vez una desventaja,
un polvorín tan cercano a sus fronteras es lo menos que les conviene, necesitan
una región en paz y en crecimiento, única forma de reducir las masas
migratorias hacia su territorio. Por ahora seguimos en resistencia y a la
espera que el triunfador Biden se percate que su famoso Decreto Obama,
que data de 2015, en cuatro años ha puesto a sufrir a todo un pueblo, pero
que no ha logrado sus perversos objetivos: "llevarnos al sometimiento,
coloniaje y fácil expoliación".
Un gran
abrazo y Feliz Navidad
miércoles, 23 de diciembre de 2020
¿DIOS NOS BENDICE EN GUATEMALA? MMMMM….. NO PARECE
DOS MUJERES DIARIAS ASESINADAS. ¿HASTA CUÁNDO VA A SEGUIR EL INFAME PATRIARCADO? ¿ESA ES LA BENDICIÓN?
https://elperiodico.com.gt/nacionales/2020/12/22/en-guatemala-matan-a-dos-mujeres-por-dia/
martes, 22 de diciembre de 2020
BARATOS
¿Por qué es tan común que los sanatorios privados contraten estudiantes aventajados de medicina para cubrir las guardias? ¿O por qué las clínicas veterinarias contratan estudiantes aventajados de veterinaria para atender mascotas? ¿Por qué los estudios jurídicos contratan estudiantes aventajados de derecho como procuradores, o los estudios de arquitectura buscan estudiantes aventajados de arquitectura como su mano de obra profesional?
¡PORQUE SON MÁS BARATOS
QUE LOS PROFESIONALES!
Pero… ¿y la calidad
técnica del trabajo?
JA, JA, JA, JA….
lunes, 21 de diciembre de 2020
CONVIVIOS Y LUCHA SINDICAL
Los sindicatos fueron, durante largas décadas, el instrumento de lucha de la clase trabajadora en todos los países del mundo. De esas luchas se obtuvieron muy importantes reivindicaciones. Pero desde hace años el sistema supo domesticarlos. Los fue burocratizando, y a sus miembros los transformó en una “aristocracia obrera”, totalmente alejada de las luchas clasistas originales. Hoy, en todas partes del mundo, en general representan burocracias funcionales a la empresa privada sin pasar de meros planteos superficialmente reformistas, fragmentadas, divididos al por mayor. En Guatemala, por ejemplo, existen cerca de 1,000 sindicatos. Divide y reinarás, ¿no?
Hoy, si bien sigue
habiendo algunos sindicatos combativos, la gran mayoría se dedica a tareas casi
banales: conseguir un descuento para un gimnasio, obtener entradas gratis para
un concierto, descuentos en peluquerías…. ¡y como un gran logro: el festejo de
los convivios navideños!
¿POR QUÉ LAS LUCHAS
OBRERAS CAYERON TAN BAJAS?
domingo, 20 de diciembre de 2020
POST PANDEMIA: ¿FIN DEL CAPITALISMO?
Entre tantas y tantas cosas que se dijeron sobre la pandemia de coronavirus, se expresó en algún momento que luego de esta catástrofe social, muy probablemente pudiera modificarse el capitalismo, que se caminaría quizá hacia un sistema más humanizado, menos explotador, pensando en la finitud del ser humano, y que una grave crisis mundial como la actual nos acercaría más como especie.
¡Qué ingenuidad! El
capitalismo cambia, se recicla, se amolda. Y solo, no cae. Numerosas son las
voces que dicen que este sistema no va más, que tiene que desaparecer, que hay
que reemplazarlo. Estamos absolutamente de acuerdo. Pero ¿cómo emergerá luego
de la pandemia? ¿Solo porque el neoliberalismo está agotado habrá un cambio de
modo de producción? Por otro lado, ¿quién dice que está agotado? La clase
trabajadora mundial, y en general los sectores oprimidos de todo el globo están
golpeados: los megacapitales no. La pandemia de coronavirus, ¿por qué traería
ese cambio? “El capitalismo no caerá si no existen las fuerzas sociales y
políticas que lo hagan caer”, decía con exactitud el dirigente ruso
Vladimir Lenin.
https://www.alainet.org/es/articulo/207011
sábado, 19 de diciembre de 2020
LA SALUD MENTAL NO ES UN LUJO… ¿O SÍ?
El caso de Guatemala
A modo de introducción
Hablar de “salud mental” es siempre problemático,
equívoco, confuso. La idea dominante en este campo presenta una doble
vertiente: por un lado, se presentifican ahí prejuicios ideológicos,
estigmatizaciones de carácter moral que unen sutilmente lo psíquico, lo siempre
ambiguamente definido como “mental”, con locura. Y junto a ello, una
visión biomédica del asunto.
En otros términos: tener “problemas” psíquicos es
estar loco. Lo cual equivale a decir que no se es dueño de sí mismo, que
se está alienado, enajenado (no dejan de resonar ahí reminiscencias medievales de
posesión diabólica). La ilusión de base es que se es absoluto dominador de la
vida, que somos lo que consciente y voluntariamente decidimos ser. Falta ahí la
idea de inconsciente, que recién llegó entrado el siglo XX con el
descubrimiento de Sigmund Freud y el psicoanálisis.
Los malestares “del alma” -que no son los del cuerpo
biológico- son considerados enajenantes, estigmatizantes; y, por tanto, en
buena media, vergonzantes. Es más fácil hablar de nuestro cáncer o nuestra
diabetes que de nuestra frigidez o nuestra eyaculación precoz. Padecer un
trastorno físico, más allá de su gravedad y posibilidad de muerte, no segrega;
los padecimientos anímicos tienen un sabor vergonzosamente angustiante. Sí
segregan (por eso nadie quiere ser considerado loco). El problema se
agrava con el tratamiento que el mundo moderno, capitalista, le da a ese
malestar. Como la cultura dominante ha medicalizado todo, también el malestar
psicológico se ha medicalizado. Ahí está la psiquiatría, en tanto rama de la
medicina, tomando la batuta en el asunto.
El malestar psíquico se ha transformado en
“enfermedad mental”, y la psiquiatría es la encargada de “arreglarlo”. Pero su
abordaje se hace en términos biomédicos, por lo que no termina de dar en el
blanco. Siguiendo los patrones biológicos/médicos/físico-químicos que
fundamentan el conocimiento del cuerpo humano -centrados en la idea de sano
y enfermo, de homeostasis como ley regulatoria de la materia viva- la
psiquiatría no puede pasar de clasificar y buscar un alivio por medio de fármacos
(eventualmente, con otros procedimientos “terapéuticos”, como electroshocks,
lobotomía, duchas de agua fría… o buenos y sanos consejos). Y
cierta psicología basada en la idea de conciencia y voluntad, apuntala
igualmente este llamado a “poner de sí”, a “superarse”, obviando la idea de
inconsciente. “¡Si usted quiere, puede!” es la consigna, siendo los
libros de autoayuda los principalísimos best sellers de la industria
editorial.
De este modo, la atención del malestar no-orgánico
(el malestar psíquico, el “dolor del alma”) queda confinado a un abordaje
realizado siempre en la lógica de la curación médica. Lo considerado “patológico”:
la angustia, las inhibiciones, los síntomas, delirios y alucinaciones,
trastornos psicosomáticos varios, la depresión, son objeto de un acercamiento
curativo, restaurativo, buscando hacer volver a la “normalidad”. Y ahí se
plantea el gran problema: ¿qué es la normalidad?
Al hablar de salud mental, se habla de una sana
adaptación al medio, lo cual muestra que se habla de un registro más social
-ideológico/cultural- que biomédico. Los planteos psiquiátricos y psicológicos
no psicoanalíticos no pueden pasar del “restablecimiento” de una pretendida
normalidad perdida. Pero nunca queda claro en qué consiste esa normalidad.
Curiosamente Freud, luego de largas décadas de trabajo y elucubraciones sobre
estos temas, preguntado sobre en qué consiste esa normalidad, se limitó a
decir: “capacidad de amar y trabajar” (lieben und arbeiten). Escueto,
pero lapidario. Nunca hay una “normalidad” libre de conflictos.
Cuando se habla de salud mental, resuenan entonces
todos los prejuicios antes mencionados. Quienes dan mayor respuesta a estas
problemáticas son, en definitiva y dada la cultura medicalizada que nos inunda,
aquellos que proveen medicamentos. En última instancia, esos son los grandes
oligopolios farmacéuticos. O sea que la salud mental de las poblaciones está
concebida desde una lógica mercantil -no preventiva- donde lo más importante
termina siendo consumir medicamentos. ¡Hay quienes llegan a hablar de un
“drogado preventivo” para evitar la posible futura angustia! Dicho de otro
modo, salud mental es atender el malestar psicológico con psicofármacos, o con
orientaciones y consejos centrados en la voluntad: “¡Todo depende de usted!
¡Cambie de actitud! ¡Supérese!”
Por todos esos prejuicios, porque en realidad la
medicina no sabe qué hacer con todo esto, el campo de la problemática y
compleja “salud mental” es el pariente pobre del ámbito sanitario. Más aún:
pariente pobre y volcado en muy buena medida a la atención de la “locura” (la
rareza) o del “loco” con planteamientos psiquiátrico-manicomiales. Y las
empresas farmacéuticas haciendo pingües negocios (los psicofármacos, ansiolíticos
fundamentalmente, sin garantizar ninguna “salud mental” de nadie, están entre
las medicinas más vendidas del mundo).
Salud
mental: un lujo
En los países de alto consumo, donde abundan las
riquezas, se discute sobre la calidad de vida. En aquellos de escasos
recursos (la mayoría del mundo), sobre su posibilidad. Allí donde el
hambre, la violencia, la exclusión, las guerras, la falta de oportunidades son
la constante, comer todos los días puede considerarse un lujo. La atención de
otras necesidades, como el sufrimiento anímico, puede verse como una rareza.
De ahí que ese siempre mal definido ámbito de la salud mental (más bien
concebido como “enfermedad mental”) recibe solo migajas. De hecho, en el área
centroamericana, los ministerios de salud destinan solo el 1% de sus siempre
magros presupuestos al campo de la salud mental. Y de ese monto, el 90% va para
los hospitales psiquiátricos. Las necesidades anímicas, los problemas
psicológicos, las preguntas que conlleva el diario vivir con su carga de
malestar y angustia, se responden con “buenos consejos”, con medicación
psiquiátrica, con religiones (la invasión de cultos neopentecostales en la región
lo atestigua). O con alcohol. El guatemalteco y Premio Nobel de Literatura,
Miguel Ángel Asturias, lo dijo sin cortapisas: “Aquí solo se puede vivir
borracho”.
Para evidenciar todo esto mostrando cómo la salud
mental está siempre relegada (en general, en todos los países, y en el Sur
empobrecido, más aún), baste este ejemplo.
Guatemala sufrió la segunda guerra
interna más prolongada del continente durante el siglo XX, luego de la
colombiana. Fueron 36 años de intenso enfrentamiento, con consecuencias
monstruosas para la población: 200,000 muertos, 45,000 desaparecidos, un millón
de desplazados internos, 669 aldeas campesinas mayas destruidas con la política
de “tierra arrasada” implementada por el Estado contrainsurgente. El terror se
apoderó del país, y hablar podía costar caro: el silencio se hizo la norma. La
Guerra Fría disputada por las dos superpotencias (Estados Unidos y la Unión
Soviética), en este territorio se hizo insufriblemente caliente. Las
secuelas psicológicas de todo eso son enormes, y un cuarto de siglo después,
siguen presentes. Firmada la Paz
el 29 de diciembre de 1996 entre Estado (ejército) y movimiento guerrillero, se
hizo necesario atender las heridas psicológicas que dejó el conflicto bélico
como una forma de asegurar la sostenibilidad del proceso allí iniciado,
intentando garantizar el no retorno a una situación similar de guerra interna.
En ese contexto se tornaba imprescindible abordar la problemática del estado
psicológico y emocional de la población que se vio más sometida a los embates
de la violencia en años anteriores. (Al día de hoy, mucha gente que sobrevivió
a la guerra en zonas rurales aún se aterroriza al sentir el vuelo de un
helicóptero; o no puede viajar sola por caminos locales por temor a las
emboscadas. No se diga de las secuelas de las mujeres violadas por el ejército,
que deben sobrellevar el peso de ese vejamen y además la estigmatización social
de sus comunidades).
En tal sentido, se hicieron numerosas recomendaciones sobre este
espinoso asunto para poner en marcha programas específicos en la materia.
Algunas de ellas están contenidas en un Informe de situación realizado por la
Secretaría de la Paz -SEPAZ-, con fondos de Unión Europea. Entre algunas de las recomendaciones hechas
en aquel entonces (1999) puede leerse:
·
De
acuerdo a los diagnósticos existentes y a los datos aportados por las
instituciones que actualmente están desarrollando acciones específicas, las
necesidades de intervención en relación a la Reparación Psicosocial de las
víctimas de la violencia son muy altas.
·
Contrariamente,
la oferta de servicios con respecto a acciones de salud mental es muy escasa,
produciéndose un desbalance que debe ser corregido en términos de asegurar un
Proceso de Paz duradero y sostenible.
·
No
existe legislación específica que regule este campo de trabajo. Las acciones
ligadas a la problemática de atención en salud mental para víctimas del
conflicto armado interno se rigen por los Acuerdos de Paz suscritos entre
Gobierno y Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG-. [Valga aclarar que son
acuerdos no-vinculantes].
·
Los
proyectos e iniciativas referidos a atención psicológica son abordados por: a)
el Estado, a través de dos programas específicos, b) la Iglesia Católica, a
través de sus Servicios Pastorales, y c) organizaciones no gubernamentales
ligadas al ámbito de la salud, la educación, los derechos humanos, la niñez y
el desarrollo comunitario.
·
Si
bien desde la Firma de la Paz hasta la fecha se han venido desarrollando
acciones especializadas en la materia, todavía no ha habido un impacto
considerable en términos globales que haya transformado de forma evidente y
duradera los efectos psicológicos y culturales derivados de la violencia,
sirviendo como cimiento sólido para nuevas formas de convivencia.
·
La
capacidad instalada en el sector, aunque actualmente no es mucha cuantitativamente
en relación a la demanda de servicios, tiene una experiencia y un peso
cualitativo considerables, producto de años de trabajo y la exigencia de
resolución de problemas a que se ha visto sometida, en tanto es Guatemala uno
de los países donde se cuenta con mayor cantidad de población necesitada de
acciones de salud mental en la región.
·
En
el fomento de la cultura de la no violencia, si bien en algunos casos puntuales
se utilizan los medios masivos de comunicación como instrumento de trabajo, no
hay estrategias globales que apelen a los mismos, con lo que no se aprovecha al
máximo una instancia de gran potencial.
Transcurridos ya casi 25 años de silenciadas las armas, los efectos
psicológicos de aquel terremoto social vivido no se han atendido mayormente.
Todo lo que el Informe de marras concluía, en lo sustancial no ha variado. ¿Será
que la salud mental se sigue viendo como un lujo? Más allá de acciones
puntuales de organizaciones de la sociedad civil, no hay planes sistemáticos
para abordar toda la herencia de sufrimiento dejada por la guerra. Si eso no se
hizo en los primeros momentos de firmada la paz, con considerable apoyo de la
cooperación internacional en ese entonces, ya décadas después va quedando en el
olvido. Pareciera que sí, efectivamente, lo relacionado con la salud mental es
secundario, un lujo.
El hospital psiquiátrico -situado en la ciudad capital- sigue siendo el
centro de la inversión del ministerio de salud en el ámbito de lo psi;
programas preventivos -con todas las dificultades que se abren en el tema de “prevención en salud mental”, no existen; y la atención de las heridas de
la guerra y de tanta violencia sufrida son casi inexistentes, a no ser por el
trabajo humanitario desarrollado por algunas organizaciones no gubernamentales,
con fondos siempre de cooperación internacional (por tanto, no sostenibles en
el tiempo, y nunca apropiadas por las instancias estatales, por tanto, con
impactos muy pequeños a nivel nacional).
Sí cumplen una tarea de bálsamo las religiones, que además de ser un arma
de control poblacional deleznable, más aún con la explosión incontenible de las
nuevas iglesias evangélicas, presentifican lo dicho por Marx en 1844 en su
“Contribución
a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel”: “La religión es el
suspiro de una criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, el
espíritu de una situación carente de espíritu. La religión es el opio del
pueblo”.
El psicoanálisis,
no solo en los países empobrecidos del Sur sino, en general, en todo el mundo,
sigue siendo visto con desconfianza (¿con temor?). Para una visión
conservadora, incluso, no deja de ser un lujo (enmarcado en los
invalidantes prejuicios
que lo condenan). Quien toma la delantera en el campo de la salud mental son
las técnicas de reforzamiento yoico y, por supuesto más que nadie marcando el
paso, las grandes compañías farmacéuticas -que venden a través de los
psiquiatras-. A propósito: los manuales de psiquiatría y psicopatología más
usados están financiados por esas empresas. ¿Será por eso que cada vez crece
más el número de “enfermedades mentales”? (primera edición del Manual
estadounidense de esta materia, en 1952: 106 cuadros clínicos; quinta edición
de 2013: 116 cuadros. Huele raro, ¿verdad?) Por tanto, solo quedan pastillas,
religiones o consejos. O, recordando lo dicho por Miguel Ángel Asturias, ¿no
queda otro recurso que el alcohol?
Parece que para
las poblaciones más sufridas, que son la mayoría del mundo -el caso de
Guatemala es un palmario ejemplo- la atención del sufrimiento anímico no deja
de ser un lujo. Pero que quede claro: ¡no lo es!
viernes, 18 de diciembre de 2020
MUAMMAR GADAFFI: LO QUE NUNCA SE DICE DE LIBIA
El Estado socialista de Libia, al momento en que su líder Muammar Gadaffi fue asesinado, era el país de África con el menor porcentaje de pobreza.
"Si
Europa y Estados Unidos te dicen que te quieren, ten cuidado. Aman la riqueza
de tu tierra. El petróleo y no la gente". Gadaffi
¿POR QUÉ
EL OCCIDENTE CAPITALISTA LO ASESINÓ? Porque durante su gobierno:
1.
No había factura de electricidad en Libia, la electricidad era gratuita
para todos sus ciudadanos.
2.
No había intereses sobre los préstamos; los bancos en Libia son de
propiedad estatal y los préstamos otorgados a todos sus ciudadanos tenían un
interés del 0% por ley.
3.
El hogar es considerado un derecho humano en Libia. Gaddafi prometió que
sus mismos padres no obtendrían una casa hasta que todos en Libia tuvieran una
casa.
4.
Todos los recién casados en Libia recibían $ 60,000 dinares (US $
50,000) del gobierno para comprar su primer apartamento.
5.
La educación y los tratamientos médicos eran gratuitos en Libia. Antes de
Gaddafi, solo el 25% de los libios estaban alfabetizados. Con su gobierno, la
cifra se situó en el 83%.
6.
Los libios se dedicaron a la agricultura como carrera, recibieron
tierras de cultivo, una casa de labranza, equipos, semillas y ganado para poner
en marcha sus granjas, todo gratis.
7.
Si los libios no pueden encontrar las instalaciones educativas o médicas
que necesitaban en Libia, el gobierno los financiaba para que salieran al
extranjero a buscarlos.
8.
En la Libia de Gaddafi, si un libio compra un automóvil, el gobierno
subvencionaba el 50% del precio.
9.
El precio de la gasolina en Libia era de 0.14$ por litro.
10. Libia no tenía
deuda externa durante su período socialista, y sus reservas ascendieron a 150
mil millones de dólares. Eso luego fue congelado.
11. Si un
libio no podía obtener un empleo después de la graduación, el Estado pagaba el
salario promedio de la profesión como si estuviera empleado hasta que se encontrara
un empleo.
12. Una parte
de la venta de petróleo de Libia se acreditaba directamente a las cuentas
bancarias de todos los ciudadanos libios.
13. Una madre
que daba a luz a un niño(a) bajo el gobierno popular y socialista, recibía US $
5,000 como subsidio por adelantado.
14. 40 panes
en Libia costaban $ 0.15
15. El 25% de
los libios tenía un título universitario.
16. Gaddafi
llevó a cabo el proyecto de riego más grande del mundo, conocido como el
Proyecto del Gran Río Hecho por el Ser Humano, para hacer que el agua esté
disponible en todo el país del desierto.
jueves, 17 de diciembre de 2020
UN MUNDO CADA VEZ MÁS INJUSTO…. ¡ESO ES EL CAPITALISMO!
1820: el 20% más rico ganaba 3 veces más que el 20% más pobre.
1870: el 20% más rico ganaba 7
veces más que el 20% más pobre.
1913: el 20% más rico ganaba 11
veces más que el 20% más pobre.
1960: el 20% más rico ganaba 30
veces más que el 20% más pobre.
1990: el 20% más rico ganaba 60
veces más que el 20% más pobre.
1997: el 20% más rico ganaba 74
veces más que el 20% más pobre.
2018: el 1% de la población
mundial tiene el 50% de toda la riqueza global, y casi todas las palancas del
poder en sus manos.
Con la pandemia del 2020, la
clase trabajadora y el pobrerío se empobrecieron más que nunca. Algunas
megaempresas (bancos, industria digital y telecomunicaciones, farmacéuticas) se
enriquecieron infinitamente más que nunca.
martes, 15 de diciembre de 2020
SANTA CACHUCHA, BATMAN….
Diálogo dentro del Batimóvil.