domingo, 28 de febrero de 2021

RECTORES ESCONDIDOS EN HOSPITALES PARA EVITAR LA PRISIÓN

¿PELÍCULA DE CANTINFLAS? ¡¡¡NO!!! LA MÁS DESCARNADA REALIDAD

 

¿Se imaginan al rector de Harvard, o de la UNAM, de Oxford, de la Lomonosov, de la estatal de Pekín o de la UBA escondiéndose para que no los atrapen por sus fechorías? Puede ser, claro… ¿Por qué no? Pero en la Universidad de San Carlos de Guatemala -USAC- eso ES UN HECHO (¡vergonzoso, por supuesto!), pero absolutamente real.

 

¿Por qué sucede? Porque el crimen organizado copó la universidad estatal, y porque ahí atrás está el proyecto 1) de privatizar la enseñanza superior (11 privadas junto a la nacional) y 2) golpear el cerebro pensante y crítico del país (“semillero de guerrilleros” según la visión de derecha).



sábado, 27 de febrero de 2021

CURAS Y MILITARES: ¿CONTINUISMO O TRANSFORMACIÓN?

¿Qué significa la revolución socialista? Es un gran cambio en la historia, un parteaguas que marca un antes y un después. No es cualquier cambio: es la transformación político-social, económica y cultural más grande que pueda concebirse. Es, para ser congruentes con lo pensado por los clásicos decimonónicos, Marx y Engels, el inicio de un camino hacia el comunismo, hacia la sociedad sin clases sociales, aquella pretendida "unión de productores libres asociados", aquel lugar donde rige la máxima "de cada quien según su capacidad, a cada quien según su necesidad".

 

Ha habido algunos procesos de esos en la historia, muy pocos, que marcaron rumbo, que iniciaron un camino socialista, habiendo logrado fenomenales mejoras para su población: Rusia en 1917, China 1949, Cuba en 1959. Hubo procesos que se acercaron a la construcción de esos nuevos paradigmas: Vietnam, Corea, Nicaragua. Hubo igualmente numerosos momentos de cambio en la historia reciente, que no pasaron al socialismo en sentido estricto, pero fueron buenos intentos: los socialismos africanos, los socialismos árabes, interesantes procesos en Latinoamérica.

 

Sin dudas, cambiar radicalmente paradigmas no es fácil. De ahí que, pese a tanta sangre derramada, tantos esfuerzos, tantas luchas heroicas de pueblos que se alzaron contra las injusticias, lograr edificar una sociedad nueva es una tarea titánica. La toma del poder político, el asalto final a la Casa de Gobierno, es apenas un paso, minúsculo en relación a la magnitud del cambio en ciernes. Lo más dificultoso viene después: edificar el socialismo no es solo industrializar o electrificar un país, como decían los bolcheviques en 1917. Eso puede ser básico, pero no alcanza.

 

¿Qué significa entonces una revolución socialista? Es un cataclismo social, en el más amplio sentido de la palabra. Es decir: no se trata solo de cambiar -transformar de raíz, no con cambios cosméticos pasajeros sino cambios irreversibles- la estructura económica de base, confiscar en nombre del pueblo alzado las grandes propiedades privadas del capitalismo (extensiones territoriales, grandes empresas privadas de producción industrial o de servicios, la banca). No se trata solo de transformar el Estado, de órgano de dominación de clase en un Estado obrero-campesino-popular; no se trata solo de desarticular los órganos represivos de la otrora clase dominante: fuerzas armadas, policía, todos los mecanismos de control e inteligencia, sino que se trata también de cambiar la ideología, la cultura dominante, transformar de raíz el pensamiento autoritario, machista-patriarcal, racista, adultocéntrico, homofóbico que permea todas las sociedades. Es decir: es una revolución en todos los campos, al mismo tiempo, que libera todas las fuerzas sociales, las expande, que no tiene miedo a nada, que no es conservadora.

 

Sin dudas, la magnitud del cambio en juego es fabulosa. Por eso cuesta tanto, y no hay manual que presente los pasos "correctos" para lograrlo. ¿Quién es el encargado de ese cambio? Eso es un complejo proceso, y lo que las experiencias exitosas de revoluciones socialistas nos enseñan es que se deben conjugar necesariamente dos factores: una población hastiada de las injusticias y penurias debidamente movilizada, y un grupo que, en articulación con esa movilización, esté en condiciones de conducir políticamente toda esa energía. En otros términos: si no se dan ambos factores, con una potencia revolucionaria que saca de una vez a la hasta ese entonces clase dirigente, no hay revolución. Puede haber cambios superficiales, pero no revolución. La revolucionaria polaco-alemana Rosa Luxemburgo, analizando la revolución bolchevique de 1917, expresaba: "No se puede mantener el «justo medio» en ninguna revolución. La ley de su naturaleza exige una decisión rápida: o la locomotora avanza a todo vapor hasta la cima de la montaña de la historia, o cae arrastrada por su propio peso nuevamente al punto de partida. Y arrollará en su caída a aquellos que quieren, con sus débiles fuerzas, mantenerla a mitad de camino, arrojándolos al abismo".

 

Una movilización espontánea, tal como las que se han visto en muchos puntos del mundo últimamente, y en especial hacia fines del 2019 antes que llegara -casualmente- la pandemia de COVID-19, sin conducción, sin proyecto político revolucionario a mediano y largo plazo, termina extinguiéndose; allí no hay revolución socialista (la Primavera Árabe, las cuantiosas protestas en Latinoamérica, los “chalecos amarillos” en Francia, etc.) Y una vanguardia -intelectual o guerrillera- sin conexión con las masas movilizadas, igualmente no es revolución socialista. Ejemplos de fracasos al respecto -tristes y estrepitosos en algunos casos- sobran en la historia. El mesianismo debe dejársele a los Mesías. Y parece que mesías, fuera del oratorio compuesto por Haendel en 1741, no hay.

 

Hablando de este segundo elemento, del grupo conductor, vale profundizar el análisis. "¿Qué representa una minoría organizada? Si esta minoría es realmente consciente, si sabe llevar tras de sí a las masas, si es capaz de dar respuesta a cada una de las cuestiones planteada en el orden del día, entonces esa minoría es, en esencia, el partido" [revolucionario], decía Lenin en 1920. Ahora bien: ¿quién forma ese partido, vanguardia, elemento de conducción o como quiera llamársele? Gente que tiene una firme convicción en el ideario socialista, gente con sólida preparación ideológico-política y con una ética de la solidaridad a toda prueba. Obviamente, ningún "político" de cualquier partido de la democracia restringida que presenta el capitalismo cumple con estos requisitos. Ellos son, en definitiva, quienes manejan el aparato que custodia los capitales y que está destinado a continuar con las cosas tal cual están. Puede haber maquillajes reformistas, socialdemócratas, pero de allí no pueden pasar. Si lo intentan (Salvador Allende en Chile con un socialismo por vía democrática, Jean-Bertrand Aristide en Haití con importantes reformas sociales o, salvando las distancias, John Kennedy en Estados Unidos intentando oponerse al poderoso complejo militar-industrial, por poner algunos ejemplos) terminan desplazados del poder con un golpe de Estado, o con un balazo en la cabeza.

 

Ahora bien: ¿pueden militares o religiosos ser revolucionarios? ¡Absolutamente imposible! ¿Por qué? Porque en su ADN ideológico no hay revolución posible alguna. Ambos estamentos sociales están preparados para otra cosa: obedecer y no cuestionar. "Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre" rezaba una pinta del Mayo Francés. Nunca más oportuna la cita: ejército e iglesia son instituciones conservadoras, hiper jerárquicas, autoritarias. No permiten el disenso, la pregunta creativa, el cuestionamiento.

 

Muchas de las experiencias de nacionalismo socializante que se ha dado, y se sigue dando, en Latinoamérica, con tonos antiimperialistas a veces, no pueden pasar de reformismos capitalistas con cierta preocupación social. Pero de revolución socialista: nada. Y muchas de esas expresiones han sido conducidas justamente por militares: Juan Domingo Perón en Argentina, Getulio Vargas en Brasil, Jacobo Árbenz en Guatemala, Juan Velasco Alvarado en Perú, Omar Torrijos en Panamá, Hugo Chávez en Venezuela. Es que, si son militares los que conducen el cambio, no puede haber cambio revolucionario genuino y sostenible, porque ellos (muchos formados en el más visceral anticomunismo, incluso en la Escuela de las Américas regenteada por Estados Unidos) están listos para "matar enemigos", cumplir órdenes y desfilar (payasada que alimenta un pensamiento no pensante, que solo acata voces de mando). Solo para poner un ejemplo: en Guatemala, los comandos kaibiles -el grupo elite más avanzado- tenía como consigna militante sentirse "máquinas de matar". ¿Puede alguien preparado en esta lógica, en el más absoluto respeto a la autoridad sin cuestionamiento alguno, en el acatar sin deliberar, estar en condiciones de cambiar las estructuras profundas de la sociedad? ¡¡No, en absoluto!!, porque está preparado para conservar esas estructuras. El general Jorge Rafael Videla en Argentina no entendía por qué lo estaban juzgando como criminal de guerra, cosa que expresó públicamente, si se consideraba un "salvador de la patria ante el avance del comunismo internacional"… ¡Y tenía razón en su razonamiento! Si se dedicó a "matar enemigos", según los manuales con los que se formó, no podía entender por qué ahora lo criminalizaban. Él, al igual que todos los militares latinoamericanos, están para servir al capital, para mantener el estado de cosas y no para cambiarlo. Hugo Chávez en Venezuela pudo afirmar sin vergüenza que en ese país "no hay lucha de clases". "Nosotros, el Movimiento Bolivariano, yo Hugo Chávez, no soy marxista pero no soy antimarxista. No soy comunista pero no soy anticomunista". ¿De verdad? Intríngulis difícil de digerir.

 

¿Y los curas? Su máxima expresión de preocupación social fue la Teología de la Liberación, surgida luego del Concilio Vaticano II, cuando la iglesia católica, en sintonía con el clima contestatario dominante en ese entonces: década de los 60 del siglo XX, propuso su "opción preferencial por los pobres". Pero "optar por los pobres" no significa transformar de raíz su situación de exclusión histórica. Fue un movimiento importante, sin dudas, que incluso sirvió para alimentar grandes luchas sociales en su momento, e incluso movimientos de acción armada, pero que no pudo pasar de un reformismo samaritano. En numerosas ocasiones los sacerdotes (¡todos varones, ni una sola mujer!, déficit inaudito ya de entrada) se plantearon la posibilidad de salirse de la curia romana, mas nunca lo hicieron. Finalmente, como proyecto transformador no cuajó, no pasó nunca de una buena intención. Más aún: en Latinoamérica fue neutralizado por la llegada en masa de los nuevos cultos neopentecostales, con un discurso enfermizamente anticomunista e individualista. Al no salirse de la égida de Roma, acatando las órdenes del Vaticano finalmente, terminó esfumándose (la imagen del padre Ernesto Cardenal arrodillado frente al Papa Juan Pablo II pidiéndole perdón en Managua lo dice todo).

 

Definitivamente un proceso revolucionario necesita de revolucionarios. O, para decirlo de otro modo (pues suena demasiado altanero, petulante, cuestionable incluso llamarse "revolucionaria" una persona; los pueblos, a veces, son revolucionarios), necesita la conjunción de masas movilizadas y conducción coherente. Alguien preparado para matar, o alguien que hizo votos de castidad, definitivamente no puede entender de verdad lo que es la gente común (que no mata y que sí tiene actividad sexual).

 

Por tanto, sabiendo que curas y militares no pueden, aunque quieran, llevar adelante un proceso revolucionario (en las academias castrenses y en los seminarios se prepara a jóvenes para distanciarse de la gente, para sentirse distintos, para no cuestionar el orden dado), sabiendo todo eso, habrá que pensar en algo distinto. Todos los procesos de reforma social con talante antiimperialista que se conocieron en Latinoamérica a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI impulsados por militares "progresistas" terminaron fracasando, no caminaron hacia el socialismo. Cuba se mantiene. ¿Habrá que estudiar el porqué? Todos los procesos conocidos en Latinoamérica inspirados en la Teología de la Liberación, murieron. ¿Habrá que estudiar el porqué? Una revolución socialista la hace la gente común, que no está preparada solo para recibir órdenes. Diferencia absolutamente fundamental.




viernes, 26 de febrero de 2021

PARA ESTAR EN LA ONDA, HAY QUE CONSUMIR DROGAS

¿CONSUMISMO DESAFORADO?

 

El consumo de sustancias psicotrópicas (desde marihuana a las más recientes drogas químicas, pasando por todo el amplio abanico que hoy se ofrece) provoca 1,600 muertes diarias en el mundo. Problema de salud pública, sin dudas. Junto a esas muertes, va asociado un sinnúmero de problemas conexos: violencia, conductas delictivas, embarazos no deseados, enfermedades de transmisión sexual, pérdida de horas de trabajo, etc. Lo llamativo es que las drogas ilegales (el alcohol y los psicofármacos son legales) siguen creciendo, y gracias a un excelente trabajo de mercadeo, ya se han convertido en una mercadería más a consumir. Antes nadie se tatuaba; ahora, para estar a la moda, hay que tatuarse. Antes era rarísimo el consumo de psicoactivos; ahora es una mercadería más, de consumo casi obligado.

En el Norte, dado el mayor poder de compra, es algo ya casi normalizado, aceptado de buen grado. Hasta podría verse raro que un joven no las consumiera. En el Sur, siempre famélico y en carencia, su consumo igualmente ha crecido en forma exponencial, fundamentalmente entre jóvenes. Si se consumen, en cualquier parte, eso indica que hay una necesidad humana de apelar a estos evasivos. Pero queda la pregunta: aunque sea un producto tremendamente dañino (¡¡1,600 muertes diarias!!) ¿por qué nos dejamos manipular tanto por los poderes económicos que nos han impuesto algo nocivo? (la narcoactividad es de los negocios más redituables del momento, como las telecomunicaciones, la venta de armas o el petróleo).

¡¡EL CONSUMISMO CAPITALISTA YA NO SABE QUÉ INVENTAR PARA SEGUIR GANANDO DINERO!!

 



jueves, 25 de febrero de 2021

CARTA ABIERTA A OTROS VARONES

Soy un varón como tantos otros. Quiero decir: sin nada en particular que destaque. Un ciudadano común, con iguales derechos y deberes que otros, con penurias y alegrías comunes, con sueños seguramente comunes. No soy multimillonario triunfador, ni artista famoso ni ganador de algún premio Nobel. Contrariamente, me reconozco similar a los que vivimos de un salario, tenemos deudas y no entramos en los récords Guinness.

 

Como tanto varones comunes fui criado en un ámbito machista; como tantos varones comunes también, digo que no soy machista –del mismo modo que decimos que no somos racistas, o enseñamos a nuestros hijos a no reírse "de la desgracia ajena" (esas cosas que repetimos aunque no sepamos bien por qué).

 

Como tanto varones (¿como todos?) no dejé de visitar alguna vez prostitutas, habiendo empezado a fumar y a beber en épocas adolescentes, cuando se siente la imperiosa necesidad de ser hombres.

 

Como tantos varones alguna vez no dejé de orinar en la calle (como travesura, claro); ni de piropear a alguna mujer, ni de protestar airadamente –aunque no supiera bien por qué– ante la presencia de un homosexual.

 

Como tantos varones (¿como todos?) no cumplí con el mandato bíblico que dice "no codiciarás la mujer de tu prójimo".

 

Tengo que reconocer: en realidad no me siento ni bien ni mal por todo eso. ¿Culpable? No sabría decirlo.... ¿culpable de qué? En realidad lo que ahora me mueve a escribir esta carta abierta es el interés por compartir preguntas (aclarando que no tengo las respuestas) respecto a todas estas cosas que nos parecen tan naturales: el piropo, la prostitución, la hombría, el poder. Preguntas que, en realidad, no nos hacemos muy a diario, pero que sería bueno no olvidar.

 

El 99 % de las propiedades del mundo (casas, automóviles, tierras, acciones, industrias, cuentas bancarias) está en manos varoniles. ¿Por qué?

 

Las mujeres no cobran sueldo por el trabajo doméstico (trabajo que hago siempre, pero que no puedo dejar de reconocer me resulta detestable, y que es más cansador que moler piedra a martillazos). ¿Por qué?

 

Cuando se separa un matrimonio en general las mujeres se quedan a cargo de la crianza de los niños, y los varones no siempre se hacen cargo de esos gastos. ¿Por qué?

 

No conozco (quizá los haya) casos de varones golpeados por mujeres; pero la inversa me asusta de sólo pensarlo. Según esas estadísticas que no sé quién confecciona pero que, amén de ser amarillistas, muchas veces son especialmente elocuentes, cada semana, cada día, cada hora sucede una cantidad realmente increíble de agresiones contra mujeres a manos masculinas. ¿Por qué?

 

En ciertas culturales (había manifestado más arriba que soy de los que digo no ser racista) se da la poligamia, y no es un delito. ¿Por qué?

 

También en algunos lugares se practica la circuncisión femenina, a partir de la ¿explicación? que las mujeres no deben gozar. ¿Por qué?

 

 Como varón común y corriente a veces pienso en todo esto y me da vergüenza. ¿Podemos los varones hacer algo para cambiar esto? Si se trata de "transformar el mundo", si seguimos pensando que ese llamado tiene sentido aún, tenemos muchísimo por hacer. Revisar el machismo puede ser una buena forma de comenzar.

 

Me resuenan entonces palabras de Gabriel García Márquez: “Lo único realmente nuevo que podría intentarse para salvar la Humanidad en el Siglo XXI es que las mujeres asuman el manejo del mundo. La Humanidad está condenada a desaparecer en el Siglo XXI por la degradación del medio ambiente. El poder masculino ha demostrado que no podrá impedirlo, por su incapacidad para sobreponerse a sus intereses. Para la mujer, en cambio, la preservación del medio ambiente es una vocación genética. Es apenas un ejemplo. Pero aunque sólo fuera por eso, la inversión de poderes es de vida o muerte”. En realidad, en sentido estricto no se trata de invertir mecánicamente los poderes: quienes antes eran dominadas ahora pasan a ser dominadoras, y ¡Lorena Bobbit al poder con una gran tijera aterrando a los varones por ahí! … No, no es eso. Se trata, en todo caso, de construir un mundo donde aspiremos realmente a horizontalizar los poderes.

 

Con toda modestia creo que en la búsqueda de otro mundo posible, más justo, más equitativo, la repartición de los poderes entre los géneros es un elemento de enorme importancia para lograr un poco más de equilibrio. No es la única injustica a solucionar, por supuesto: también están las económicas (que siguen siendo las más definitorias de nuestra condición) y las étnicas; pero sin dudas, cosa que la izquierda tradicional no consideró con toda la importancia del caso, las injusticias de género tienen una función decisiva: las mujeres son la mitad de la población humana, y eso no es poca cosa. “Una revolución no es digna de llamarse tal si con todo el poder y todos los medios de que dispone no es capaz de ayudar a la mujer”, dijo alguien de la izquierda a quien no se le dio toda la importancia que realmente merece: León Trotsky.

 

Democratizar los poderes no es precisamente invertirlos: es permitir que todas y todos, por igual, seamos artífices de nuestro destino común.



 

miércoles, 24 de febrero de 2021

¿BRUJERÍA?

https://www.youtube.com/watch?v=3TjVBpyTeZM

 

Ni bien conoció la historia, Tao Lam decidió que quería hacer algo al respecto. Sabía que existía un lejano parentesco con esa rama de la familia Lam que había emigrado a Canadá un tiempo atrás. Por tanto Elisa, la misteriosamente desaparecida joven, era una lejana familiar. Las noticias que recorrieron el mundo, y que, por supuesto, también llegaron a Hong Kong, lo conmovieron profundamente.

 

Tao era periodista. Si bien aún muy joven, ya se había ganado fama de acucioso investigador, inteligente, muy profundo. Por eso el canal de noticias ATV Home lo había contratado. Sus búsquedas periodísticas, que daban como resultado “picantes” notas, eran seguidas con mucho interés. De ahí que, cuando planteó a la dirección del canal la posibilidad de hacer una exhaustiva investigación sobre el caso Elisa Lam en Los Ángeles -lugar de la desaparición de la muchacha- de inmediato tuvo luz verde. Se le asignó un generoso presupuesto para moverse por un mes entre Canadá, lugar donde vivía Elisa con sus padres, y la ciudad estadounidense. El canal preparó todas las condiciones necesarias, habiendo contactado tanto con la policía de Los Ángeles como con las autoridades del hotel donde había tenido lugar el suceso, así como la familia Lam en Vancouver, todo ello para facilitar el desplazamiento de los periodistas-investigadores. Tao viajaría, con los gastos pagos, junto al camarógrafo Wang Ming Fu, compañero de trabajo con quien había ido trabando una profunda amistad.

 

La historia trágica de la desaparición y muerte de Elisa Lam seguía envuelta en el misterio. Esta joven de 21 años, Lam Ho Yi, quien tomara el nombre occidental de Elisa en Canadá donde sus progenitores de origen chino abrieron un restaurante de comida original de su país, era ya nacida en territorio del continente americano, en la ciudad de Vancouver. Presentaba algunos trastornos psicológicos. Por lo pronto, el año de su desaparición, 2013, no habiéndose inscrito para continuar sus estudios en la Universidad de Columbia Británica, había consultado con un psiquiatra. Se le había diagnosticado depresión profunda y trastorno bipolar (psicosis maníaco-depresiva), por lo que estaba recibiendo tratamiento con neurolépticos y antidepresivos (quetiapina, wellbutrin, lamotrigina y venlafaxina). Ese año, por tanto, decidió no estudiar, tomándose un tiempo para recorrer la costa oeste de Estados Unidos.

 

Fue así que viajó sola a Los Ángeles, contrariando la voluntad de sus padres. Ellos sabían que Elisa no estaba en las mejores condiciones para moverse, que su depresión no era poca, pero no pudieron oponerse. Ya en California, sin conocer la ciudad, buscó un albergue barato, terminando en un sitio con un oscuro historial a sus espaldas: el Hotel Cecil. Ese lugar, que parecía especialmente preparado para una macabra obra de terror, mostraba una historia espesa, pesada, que podría asustar a cualquiera. Habiendo sido elegante al momento de su inauguración, allá por 1924 con un fino estilo Art Decó, en el momento de la llegada de Elisa había pasado a ser un decadente refugio de marginales, un hotelucho de mala muerte, pese a sus 600 habitaciones. La zona en que se hallaba, el pleno centro de la ciudad, había ido decayendo hasta convertirse en “área roja”, plagada de drogadictos, vendedores callejeros de drogas, prostitutas, personas recién salidas de la cárcel sin destino y homeless.

 

Si bien sus instalaciones aún conservaban el lujo de épocas idas, el escaso mantenimiento y el tipo de clientela con la que se manejaba habían ido deteriorando su imagen. Como aristócratas venidos a menos, el Hotel Cecil no tenía mucho de lo que sentirse orgulloso, más que de su gloria pasada. Menos aún, con la sucesión de “catástrofes” que contaba en su haber: muertes varias en sus habitaciones, suicidios, haber hospedado a criminales tristemente famosos, ser lugar de refugio de marginales diversos. Por sus habitaciones pasaron dos de los más connotados asesinos seriales de Estados Unidos: Richard Ramírez, con 14 asesinatos en su haber durante el año 1985, y Jack Unterweger, quien asesinó a 10 trabajadoras sexuales la década de los 90, tres de ellas durante su estancia en el Cecil. Igualmente hospedó a Elizabeth Short, popularmente conocida en los medios como “La Dalia Negra”, al momento en que apareciera descuartizada, crimen que conmovió a todo Los Ángeles y que catapultó más aún la funesta reputación del Cecil. La misteriosa muerte de Elisa Lam completaba patéticamente el macabro paisaje.

 

Tao y Wang viajaron llenos de expectativas, deseosos de hacer una nota verdaderamente impactante. En Hong Kong, o incluso en toda China, eso podría ser todo un éxito, dado que la suerte corrida por esta joven de ascendencia china había tocado profundamente la fibra nacional. Se prepararon muy exhaustivamente para la investigación. Tao leyó todo lo que pudo encontrar sobre el caso, vio el tétrico video infinitas veces y se informó de las interminables conjeturas que recorrían el internet, para hacerse una muy detallada idea de la situación. De ese modo, partió con varias hipótesis. Por supuesto, las había en gran cantidad, no faltando explicaciones esotéricas, ligadas a fuerzas fantasmáticas, a fenómenos paranormales y hasta algún abordaje que hablaba de alienígenas involucrados en el asunto. Como siempre, los “casos raros” disparaban toda suerte de dislates.

 

Por lo que habían podido conocer los reporteros, Elisa tomó en principio una habitación compartida; su comportamiento algo extraño, extravagante, asustó a sus compañeras, las que pidieron se alejara a la joven chino-canadiense. Las autoridades del hotel, entonces, ubicaron a Elisa en una habitación para ella sola. La suma de todos estos elementos -su rara conducta, su diagnóstico psicológico, el estar bajo medicación psiquiátrica- abrían ya una punta investigativa para profundizar, la misma que utilizó la policía en su momento.

 

Lo tremendamente llamativo de todo el caso fue el inquietante video del ascensor de la noche del 31 de enero de 2013, última vez que se vio a Elisa con vida, antes de su posterior desaparición. Igualmente rara, inquietante se diría, fue la forma en que se la encontró días después: muerta en un depósito de agua en la azotea del hotel sin ninguna pista clara que permitiera esclarecer el hecho. La policía llegó a la conclusión que no se trató de un hecho criminal. ¿Suicidio? Era difícil decirlo, pero no habiendo rastro alguno de violencia en el cuerpo de la joven, ni prueba de ataque sexual o de consumo de alguna sustancia psicotrópica, el hecho no podía catalogarse como homicidio. La autopsia no reveló ningún dato adicional que hiciera pensar en algo delictivo. Simplemente, se consideró un accidente; Elisa habría subido, ella sola, hasta el tanque de agua, y habría caído ahí dentro, no pudiendo sobrevivir, por lo que no había asesino que perseguir.

 

Finalmente, el caso se cerró. Al menos, se cerró como expediente judicial. Pero al haberse viralizado el video del ascensor (en diez días recibió más de diez millones de visitas), las especulaciones y los “investigadores” de internet se multiplicaron al infinito. Por tanto, de algún modo el caso Elisa Lam nunca se dio por terminado; las dudas siguieron flotando en el ambiente. Tan “llamativo” resultaba el asunto, que años después un canal televisivo lo aprovechó para generar una serie, de gran audiencia por cierto (gran negocio, claro está).

 

Tao y su camarógrafo Wang revisaron el video de marras no menos de 200 veces. El registro de la cámara de seguridad del ascensor dura casi 4 minutos. Lo que se ve hacer allí a Elisa parece el montaje de una película de terror. Pero no lo es. Es exactamente lo que quedó grabado, material que nunca fue editado. La policía permitió que el mismo se difundiera, y por lo bizarramente escalofriante, o escalofriantemente bizarro, que se ve, abrió interminables comentarios, conjeturas, conspiraciones. Una de las preguntas recurrentes es por qué por tanto tiempo las puertas permanecieron abiertas; ello llevó a pensar a muchos observadores -espíritu conspiracionista mediante- que hubo otros agentes involucrados en la desaparición, y no solo se trató de un accidente fatal de la joven.

 

No faltó también quien dijo haber visto un zapato masculino en el minuto 2:27, último momento en que se ve a Elisa. Del mismo modo, se especuló con que faltaban partes del video, convenientemente editado por las autoridades policiales o por el personal del hotel. Todo ello, en tanto especulaciones de las más variadas, creíbles y radicalmente no creíbles -Elisa estaba comunicándose con un espíritu que se hallaba en el pasillo a través de sus incomprensibles gesticulaciones”, se dijo por allí- alimentaron un mito, que no dejó de crecer con el tiempo.

 

Entre algunas de las cosas llamativas, sin explicación por parte de nadie, es la desaparición del teléfono celular de la joven. Junto a su cadáver, flotando en la cisterna del techo con dos metros y medio de profundidad, aparecieron sus ropas, pero no así el teléfono. Eso, obviamente, dio lugar a las más intrincadas elucubraciones.

 

Igual de intrincada, complicada, compleja, fue una de las conclusiones -si es que así puede llamársele- a la que llegaron varios internautas interesados en el caso. En el momento en que se produjo el fallecimiento de la joven y en los meses posteriores, cuando tuvo lugar la investigación de los detectives de la policía de Los Ángeles, en la zona en que se encuentra el hotel, Skid Row, tuvo lugar un gran brote de tuberculosis. Fue llamativo, al menos eso indicaron varios “investigadores cibernéticos”, que la prueba específica aplicada por las autoridades sanitarias de la ciudad para detectar potenciales nuevas víctimas de la enfermedad, tenía como nombre LAM-ELISA: Lipo Arabino Mannan -LAM- (glucolípido y factor virulento asociado con Mycobacterium tuberculosis, la bacteria responsable de la tuberculosis), y Enzyme-Linked Immunosorbent Assay -ELISA- (ensayo por inmunoabsorción ligado a enzimas para detectar anticuerpos). Rarezas de ese tipo empezaron a encontrarse por todos lados, alimentando así en forma exponencial el aura de misterio que rodeó el caso. Y sigue rodeándolo años después. Tanto, que un prestigioso canal encontró en él una interesante veta económica, produciendo una serie.

 

Con el paso del tiempo, el Hotel Cecil cambió su nombre por el de Stay on Main, sin dejar de ser un albergue de bajo costo, listo para recibir a todo tipo de personas no importando su condición. También con los años, el hotel fue enjuiciado, tanto por algunos de los huéspedes que se alojaron en el momento de la muerte de Elisa -y que, seguramente, bebieron el agua que provenía del depósito donde flotaba su cadáver- como por sus padres. Todas las demandas fueron finalmente desestimadas, pues la institución adujo que no podía responsabilizarse de un hecho fortuito, explicable básicamente por una enfermedad mental de una de sus pasajeras.

 

El trabajo de Tao y de Wang fue arduo. El mes presupuestado inicialmente no alcanzó, por lo que el canal decidió prolongar por treinta días más su financiamiento. De ese modo, los periodistas pudieron verse con una interminable cantidad de personas. Empezando por familia Lam en Vancouver, tomaron contacto con numerosos policías asignados al caso en su momento, así como con muchos trabajadores del hotel, del 2013 y actuales. Para completar la investigación, se entrevistaron también con vecinos del lugar, huéspedes y habitantes diversos de Los Ángeles. Producto de todo eso, produjeron abundantes imágenes y el guión de un fabuloso video, que en algún momento se pensaba difundir por la televisión de Hong Kong.

 

En el diario de campo de Tao se decía, coincidiendo con lo afirmado por la policía en su momento -explicación que parecía la más lógica, en realidad: la única lógica- que la joven chino-canadiense no había sido víctima de ningún hecho criminal. Su condición psicológica explicaba lo sucedido: padeciendo un trastorno psíquico grave, en la soledad del hotel sufrió un acceso psicótico que la llevó a la muerte. Lo que se ve en el ascensor, más allá de la forma incomprensible que pueda presentar -y que sin duda impresiona, asusta, pareciendo no admitir explicaciones racionales- manifiesta en definitiva una conducta delirante. Todo indicaría que Elisa Lam fue víctima de un delirio persecutorio (¿personalidad esquizo-paranoide de base?), lo que se puede ver en su rara conducta en el video del ascensor. Presumiblemente se sintió perseguida y salió aterrorizada. No está claro cómo llegó a los tanques de agua de la azotea, pero no sería improbable que eso haya sucedido: en medio de su frenética y despavorida huida de sus perseguidores imaginarios, la desesperada Elisa podría haber buscado refugio en la cisterna, sin saber en qué peligro mortal se metía. Una persona psicótica en pleno brote, en pleno ataque, es capaz de hacer cualquier cosa. No hubo mano criminal: su propia enfermedad mental la mató.

 

Terminado de escribir su reporte, Tao bajó al restaurante del hotel. Wang no quiso acompañarlo pues dijo tener mucho dolor de cabeza. Luego de un tiempo prudencial, viendo que Tao no regresaba a la habitación, el camarógrafo se inquietó un poco. Lo llamó reiteradas veces a su teléfono móvil, sin conseguir comunicarse. Ante ello, se sorprendió, por lo que decidió bajar. Ni en el restaurante ni en la recepción supieron explicarle nada: Tao había desaparecido. Inmediatamente se movilizó la policía; incluso llegó el Cónsul chino destacado en Los Ángeles. La prensa, más rápida a veces que la policía, inundó el Hotel Cecil en búsqueda de primicias. El despliegue fue casi inmediato, impresionante. El mismo Wang, en tiempo real, comenzó a mandar noticias a Hong Kong. Un nuevo revuelo, similar al de 2013, o superior, comenzó a copar el interés de la opinión pública mundial. Tras tres días de afanosa búsqueda, desnudo, con sus prendas flotando en el agua, en el mismo tanque que años atrás había aparecido el cuerpo de Elisa Lam, se encontró el de Tao, también muerto por inmersión. No había la más mínima seña de violencia; la autopsia no reveló ingestión de psicotrópicos ni de alcohol etílico. No había habido agresión sexual. La sorpresa cundió por todo el orbe. Nadie sabía explicar qué había pasado. El teléfono celular de Tao sigue sin aparecer.



martes, 23 de febrero de 2021

MERCADOTECNIA, O LA VENTA DE ILUSIONES

"Lo que hace grande a este país [Estados Unidos] es la creación de necesidades y deseos, la creación de la insatisfacción por lo viejo y fuera de moda".

BBDO


Empecemos por ver este extracto de una entrevista (ficticia) a la Dra. en Mercadotecnia S. W., de la prestigiosa universidad de P.

 

(…) Entrevistador: Doctora: ¿la Mercadotecnia da para todo? ¿Todo se puede vender?

 

Profesora: ¡Por supuesto! Todo es saber encontrar el punto débil del comprador.

 

Entrevistador: Pero, ¿y si el comprador no necesita lo que se le ofrece?

 

Profesora: Ese no es el problema. El problema, el verdadero problema a vencer es cómo crearle la necesidad a esa persona o a ese grupo de personas. En eso consiste un buen mercadeo: cómo crear una necesidad, cómo hacer sentir que le falta ese producto que le estoy ofreciendo.

 

Entrevistador: ¿Y la ética, Doctora?

 

Profesora: Aquí no hay ética. Aquí hay negocios. ¿Para qué estamos quienes hacemos mercadeo? ¡¡Para hacer que se venda lo que ofrecemos!! ¡Punto! La única ética es saber cómo hacer para vender.

 

Entrevistador: Es decir: ganar dinero.

 

Profesora: Por supuesto. Estamos en el capitalismo, ¡puro capitalismo! ¿De qué se trata el asunto? Pues de ganar platita, toda la que se pueda.

 

Entrevistador: O sea que ¿da lo mismo vender algo necesario como innecesario?

 

Profesora: Exacto. Más aún: lo necesario no necesita mucha promoción. Nadie hace publicidad del pan, porque eso se vende solo. Se mercadean las cosas que no son imprescindibles. Nuestro trabajo desde la Mercadotecnia consiste en hacer imprescindibles cosas que no lo son, crear las necesidades, generar pasiones, golpear en la psicología del consumidor, hacer que quiera comprar a toda costa, aunque no lo necesite.

 

Entrevistador: Entonces… ¿se puede vender cualquier cosa?

 

Profesora: ¡Cualquier cosa! Si no hubiera buen mercadeo, nadie tomaría Coca-Cola. Con buenas técnicas mercadológicas, todo se vende, todos son productos consumibles, que dan plata a quien lo fabrica: un calzón, un tanque de guerra, un medicamento placebo, un vibromasajeador, una nueva mayonesa. Hoy día ya se vende aire puro embotellado, ¿sabía? ¡Todo es saber manejar al potencial comprador!

______________

 

La Mercadotecnia, más habitualmente conocida como marketing, es una técnica asentada en la Psicología consistente en el desarrollo de acciones que tienden a manipular la conducta del público para inducirlo a consumir. Según Philip Kotler, considerado el padre de la Mercadotecnia moderna, consiste en "el conjunto de prácticas y principios que tienen como objetivo principal aumentar el comercio, especialmente la demanda". Dicho rápidamente: es la forma en que se logra hacer comprar productos. Si para ello, tal como dice la citada entrevista ficticia de arriba, debe apelarse a cualquier cosa, pues… ¡se hará cualquier cosa! Lo importante -regla de oro del sistema capitalista- es mover la economía; en otros términos: hacer consumir lo producido (bienes o servicios, necesarios o innecesarios).

 

La publicidad, el hacer "público" algo, divulgarlo, ponerlo en boca de todos, no es nuevo en la historia. Distintas civilizaciones se valieron de técnicas "publicitarias". Durante el imperio egipcio (siglo V antes de nuestra era) se esbozaron los rudimentos de lo que hoy día podríamos considerar publicidad, según papiros de la antigua Tebas que se han conservado. El imperio romano igualmente echó mano de este recurso, con una rica tradición de grafitti "publicitarios", promocionando productos tales como vinos, pan, joyas, tejidos. Durante el medioevo europeo había también promociones comerciales, utilizándose para ello cuernos, campanas, gaitas y tambores pregonando las mercaderías ofrecidas. La promoción no es nueva en la historia. Pero la publicidad moderna que trae el capitalismo, en particular: la especial forma en que se realiza desde hace algunas décadas, es un fenómeno muy reciente, acción que va de la mano de las llamadas sociedades de masas. El mercado, el intocable y venerado dios-mercado, pasa a tener una importancia decisiva en la dinámica social. Todo, absolutamente todo (bienes y servicios) se produce para ser puesto en el mercado tendiendo a "realizar la plusvalía", para decirlo con categorías de la economía política marxista.

 

La actual publicidad es manipulación de la población, pues apela a una dosis de engaño, de mentira, que intenta forzar conductas (en general, lográndolo). Es decir: estímulos para producir determinadas respuestas, recordando a los famosos perros experimentales del neurofisiólogo ruso Iván Pavlov (estímulos condicionados). La publicidad, en definitiva, es un manejo de signos (no de fuerzas) que pretende siempre situar al destinatario (la gran masa consumidora) en inferioridad con respecto a quien miente (el productor de lo ofrecido). La ventaja de la mentira en relación con el ataque directo está en que el interlocutor no sabe que se le está atacando, que se le está mintiendo, así sea en forma descarada ("Usted no es un cliente. ¡Es un amigo!"). En el mundo capitalista el asunto adquiere singular trascendencia, pues la organización de la publicidad se halla en manos de técnicas profesionales altamente desarrolladas, elaboradas con criterios científicos, con lo cual su efectividad es cada vez mayor. De hecho, la Mercadotecnia es una carrera universitaria en ascenso, cada vez más imprescindible para el funcionamiento del capital. Como dice la entrevistada: con las técnicas adecuadas todo se puede vender, aún lo innecesario, lo superfluo, incluso lo nocivo. Las drogas ilegales son hoy uno de los grandes negocios a nivel global; si se mercadean convenientemente, aunque constituyan un verdadero problema de salud pública (1,600 muertos diarios por sobredosis en el mundo), ahí están a la espera de compradores, que no faltan. Dicho sea de paso: su mercado (su consumo) ha crecido en estas últimas décadas como ningún otro producto, con tasas escalofriantes. Buena Mercadotecnia de por medio, sin dudas.

 

"Podemos concebir un mundo dominado por una tiranía invisible que utilice las formas de gobierno democrático", dijo sin empacho el publicista estadounidense Kenneth Boulding, haciendo una nada velada alusión al uso de la mentira, de la manipulación como parte de las estrategias de trabajo de esta nueva profesión. Parece que el mundo capitalista cada vez más se basa en la mentira, en la utilización "científica" del engaño, de la manipulación. Se le ha perdido el miedo al embuste, y hoy eso se puede enseñar alegremente en una universidad, aunque se le dé un cierto toque maquillado presentando el asunto como muy ético.

 

Lo que persiguen estas técnicas mercadológicas está absolutamente reñido con la verdad; no buscan informar o transmitir conocimientos. Buscan sólo convencer, persuadir, seducir al público respecto a un cierto producto. Para ello se apela no a elementos cognitivos sino a las estructuras más primarias de los seres humanos: argumentos emotivos, irracionales muchas veces, que repetidos hasta el cansancio terminan condicionando nuestro actuar. Exactamente como lo dicho por el nazi Joseph Goebbels en la década del 30 del pasado siglo: "Una mentira repetida convenientemente se termina transformando en una verdad". En otros términos: el edificio capitalista se asienta en mentiras, en patrañas, en el ocultamiento de su esencia última, que es la explotación de quien trabaja produciendo cosas que, necesarias o no, se harán circular por el mercado para realizar esa plusvalía. Si para ello se sacrifican recursos naturales, se produce una catástrofe medioambiental, se golpea en la salud de la población o se fomenta la idiotez, no importa. Si "da platita", como dijo la ficcional Doctora, ¡bienvenido!

 

La publicidad como actividad profesional llegó para quedarse con el desarrollo del capitalismo. Actualmente las agencias publicitarias facturan más de 100,000 millones de dólares anualmente, y su importancia es decisiva para el mantenimiento de las sociedades de mercado. Casi tan importante como la producción de bienes y servicios es la esfera de su comercialización. En ese sentido, la Mercadotecnia pasó a ser vital, imprescindible para el funcionamiento del sistema. Tal como dice el epígrafe -es la expresión del gerente de BBDO, una de las agencias de publicidad más grandes del mundo, localizada en Estados Unidos-: "Lo que hace grande a este país es la creación de necesidades y deseos, la creación de la insatisfacción por lo viejo y fuera de moda". O sea: la invención de "carencias" que hay que llenar con nuevos y nuevos y más y más productos (innecesarios, inservibles, dañinos… no importa), pero productos que se vendan. De ahí: la obsolescencia programada como política empresarial. Infame, inaudito, absurdo… ¡pero es lo que mueve al capitalismo!

 

Grafiquémoslo con un ejemplo (con uno solo basta, para entender la perversidad en juego): una reciente investigación realizada en Francia reveló que el 50% de los medicamentos disponibles son inútiles, innecesarios, placebos vendidos como efectivos engañando así al público consumidor, el 20% son mal tolerados por quienes lo reciben, y el 5% resultan peligrosos. ¿A alguien le importa eso? No, porque el sistema es perverso, dañino, antihumano. Si da platita… ¡adelante! ¿Quién se beneficia de eso? Grandes compañías productoras de fármacos.

 

Hoy día casi ningún rincón del planeta escapa a esta vorágine publicitaria; hasta en la aldea más remota podemos encontrarnos un cartel de Coca-Cola. La fisonomía de cualquier ciudad grande o mediana, e incluso de un pequeño poblado, a lo largo y ancho del planeta ha cambiado en forma fenomenal, así como los hábitos de cualquier ciudadano del mundo desde que la parafernalia propagandística nos secuestró. Por donde se quiera mirar, la publicidad nos acecha: televisión, radio, periódicos, revistas, internet, vallas callejeras, carteles carreteros, gigantografías, afiches varios, en el transporte público, letreros luminosos, los folletos que se envían por correo, llamadas telefónicas no solicitadas, mensajes de texto en el celular, en el cine antes que comience la película, en cualquier aplicación que bajemos, en los baños públicos, en los cielos por medio de algún globo aerostático o con la estela dejada por un avión supersónico, etc., etc. Todos los espacios imaginados han pasado a ser campo de este torrente manipulador que nos fuerza a consumir locamente, so pena de quedar "fuera de moda" si no cumplimos con el mandato impuesto. ¿Cuándo podremos reaccionar? ¿Acaso somos unos "fracasados" si no tenemos las mercaderías de última generación? La Mercadotecnia nos intenta hacer creer que sí. Pero hay algo más, por suerte, allende el consumo afiebrado: ¡el socialismo!



lunes, 22 de febrero de 2021

VIRGEN MARÍA: ¿DELIRIO O FE?

Si digo que mi novia, que NUNCA tuvo relaciones sexo-genitales, está embarazada (sin que haya habido inseminación artificial), todo el mundo se reiría… O me mandarían a un manicomio.

 

¿Por qué nadie contradice que una mujer, que supuestamente habría corrido igual suerte que mi novia, haya resultado encinta dos mil años atrás? Bueno… si hay fe, se puede creer cualquier cosa. “Creo porque es absurdo”, decía el teólogo Tertuliano en el siglo III. Creo ¿porque es ABSURDO? No entiendo…. Pero, ¿por qué es delirio en un caso y doctrina indubitable en otro?



 

domingo, 21 de febrero de 2021

REVOLUCIONES SOCIALISTAS: ¿COSAS DEL PASADO?

¿No es posible hoy pensar en revoluciones populares, socialistas, en gente en la calle tomando el poder, en clase trabajadora, obreros y campesinos construyendo alternativas anticapitalistas? ¿Solo es posible la formalidad de las elecciones con izquierdas de saco y corbata?



sábado, 20 de febrero de 2021

CHINA: ¿VIOLADORA DE DERECHOS HUMANOS? Y QUIENES LE ACUSAN, ¿QUÉ TAL?

Es ya un lugar común que las potencias capitalistas (Europa Occidental, Japón, Canadá, todas lideradas por Estados Unidos) levanten acusaciones de violaciones a los derechos humanos en la República Popular China. No hay ninguna duda que la dirección política china maneja el país con inquebrantable mano de hierro, con planes ya proyectados para el siglo XXII; ahí está el tratamiento dado a “disidencias”: uigures, caso Tíbet, caso Hong Kong, etc. (No olvidar que China, con su raro “socialismo de mercado” -https://www.aporrea.org/ideologia/a285967.html- ASUSTA al capitalismo occidental, habiéndose convertido en una superpotencia económica, científica y militar). Ahora bien: ¿están moralmente en condiciones de hablar de derechos humanos las repulsivas y espeluznantes dictaduras de mercado capitalista, que declaran guerras porque es buen negocio? Si viéramos la lista de violaciones por parte del sistema capitalista, un año entero no nos alcanzaría para nombrarlas.



 

jueves, 18 de febrero de 2021

ESTUDIANDO 5 HORAS A LA SEMANA, ¿SE ES UN TRIUNFADOR?

https://www.infobae.com/america/mundo/2021/01/24/que-es-la-regla-de-las-5-horas-clave-del-exito-de-bill-gates-jack-ma-y-elon-musk/

 

Yo conozco muchísima gente que estudia más de 5 horas… ¡por día!, y no sale de pobre. Me imagino que debe estar mal ese dato. O hay gato encerrado en la información.

 

PARA “HACER DINERO”, ¿SERÁ CUESTIÓN DE ESTUDIAR? ¿TODO DEPENDE DEL ESFUERZO INDIVIDUAL?