Los sindicatos fueron, durante largas décadas, el instrumento de lucha de la clase trabajadora en todos los países del mundo. De esas luchas se obtuvieron muy importantes reivindicaciones. Pero desde hace años el sistema supo domesticarlos. Los fue burocratizando, y a sus miembros los transformó en una “aristocracia obrera”, totalmente alejada de las luchas clasistas originales. Hoy, en todas partes del mundo, en general representan burocracias funcionales a la empresa privada sin pasar de meros planteos superficialmente reformistas, fragmentadas, divididos al por mayor. En Guatemala, por ejemplo, existen cerca de 1,000 sindicatos. Divide y reinarás, ¿no?
Hoy, si bien sigue
habiendo algunos sindicatos combativos, la gran mayoría se dedica a tareas casi
banales: conseguir un descuento para un gimnasio, obtener entradas gratis para
un concierto, descuentos en peluquerías…. ¡y como un gran logro: el festejo de
los convivios navideños!
¿POR QUÉ LAS LUCHAS
OBRERAS CAYERON TAN BAJAS?
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