Pareciera que pedir la destitución de los mandatarios es una salida a los problemas nacionales. Ya pasó a ser “moda” la cuestión. Otto Pérez Molina primero, casi se logra con Jimmy Morales, ahora se pide la renuncia de Alejandro Giammattei… Pero, ¿y después? ¿Confiamos en un Superman que venga a la casa de gobierno y resuelva las penurias estructurales del país? ¿Realmente nos creemos eso?
Se metió preso a los de La Línea. ¿Y LA LÍNEA 2? Los que financiaron ILEGALMENTE a Jimmy Morales pidieron perdón públicamente y asunto concluido. Entonces: ¿no son los presidentes de turno solo los chivos expiatorios, gerentes, capataces que cumplen fielmente con las órdenes que dan otros? Dejemos por un momento de lado la LÍNEA 1 y pensemos en sus verdaderos patrones: LA LÍNEA 2. Ahí está el verdadero problema.
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