La carga fiscal en Guatemala es de las más bajas de toda Latinoamérica: 10%. Es decir: en otros países de la región, el Estado recauda entre 20 y 25% del Producto Interno Bruto en calidad de impuestos. En países del Norte (Canadá, norte de Europa), esa carga impositiva llega al 60%. Los Estados viven de los impuestos. No hay otra manera de sobrevivir.
Estamos pobres porque los “repugnantes, corruptos y asquerosos
funcionarios públicos se roban los impuestos”, se vocifera, … ¿o porque no se
pagan impuestos? Los Acuerdos de Paz fijaban un piso de 12% en la carga
impositiva, para gradualmente llevarla a 20% de la riqueza nacional. Nunca se
cumplió. ¿Quién evade impuestos? ¡¡¡Todo el mundo!!!, pero FUNDAMENTALMENTE la
gran empresa.
Se compran facturas, se “pistea” para conseguir cosas, se escamotea en
las declaraciones al fisco, el comercio informal no paga impuestos… PERO EL
GRAN PROBLEMA ES QUE QUIEN TIENE QUE PAGAR BÁSICAMENTE ¡NO PAGA! Es decir: los
grandes capitales miran para otro lado y evaden.
Cuando la CICIG (¿o la Embajada?) ajustó cuentas, Aceros de Guatemala –gran empresa nacional de las grandes familias tradicionales– debió cancelar casi 800 millones de quetzales (100 millones de dólares) de impuestos no pagados. ¿Se entiende por qué el Estado nacional es raquítico? No porque Jimmy Morales, o tal diputado o tal alcalde se queda con un vuelto. ¿Se entiende?
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