SE LA VE COMO “LO PEOR”, MIENTRAS SE INVISIBILIZA LA EXPLOTACIÓN
Si nos quedamos con eso,
que la corrupción es la causa de todos los males, no se toca la estructura de
fondo: ¡la explotación de una clase sobre la otra!
Se nos ha “normalizado” la
explotación, a punto que se nos quiere hacer creer que nuestras penurias se
deben a algún político corrupto que se roba parte del presupuesto. Quedan así
aceptadas como normales las relaciones de explotación. Ahora, ni siquiera nos
llaman “trabajadores” sino “¡colaboradores!”.
Ejemplo: en el 2015,
cuando en Guatemala se dispararon las denuncias contra la corrupción del
gobierno de Pérez Molina, se supo que su hijo, Otto Pérez Leal, en ese entonces
alcalde de Mixco, andaba en un vehículo Ferrari. Alguien, honestamente ofendido
por esa demostración de ostentación, dijo con naturalidad: “¿Qué se cree? ¿Que
es el hijo de un jeque árabe?”
Para un parásito monarca
del mundo árabe, dueño de pozos petrolíferos, es “natural” que se mueva en
automóviles de lujo. Eso no se cuestiona. Pero ¿dónde está el verdadero
problema? ¿Por qué un rey tendría “normalmente” más derechos que un plebeyo? O,
¿por qué un terrateniente, un industrial, un banquero? Todo ese grupo, distinto
al político corrupto que ya de viejo ostenta su Ferrari comprado con el dinero
que se robó, ¡¡¡toda la vida anduvo en vehículos de lujo!!! Y eso no se cuestiona.
¿No es hora de dejar de centrarnos en la corrupción para ver la verdadera causa
del problema?
EL PROBLEMA DE FONDO NO ES
LA CORRUPCIÓN: ¡ES ELSISTEMA CAPITALISTA!
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