Los medios masivos de comunicación, las redes sociales
del internet con los net centers o troll centers operando
mentiras organizadas, la promoción inmoral de lo que hoy día se ha dado en
llamar –con total tranquilidad y desvergüenza– fake news (noticias
falsas), mantienen el mundo de la llamada «posverdad». Si la filosofía y la
ciencia pasaron milenios buscando «la verdad», eso ahora ya no importa. Ya no
hay verdades, lo único que cuenta es el efecto que se consigue con un mensaje.
Y aunque se hable de «desarrollo» y «evolución» de los pueblos, todos somos
bombardeados a diario con innúmeras mentiras, grotescas, burdas, que a la
postre dan resultados. En otros términos: la indiferencia por los hechos, la desinformación
llevada a su grado extremo, el reino del adormecimiento. La realidad no
importa.
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