En el marco de conservadurismo creciente que se da en el país, el Pacto de Corruptos sigue avanzando y golpeando los pocos espacios democráticos existentes. El sistema de justicia, el Ministerio Público, el Congreso de la República, la Corte de Constitucionalidad, la Policía Nacional Civil, la SAT, algunas municipalidades, sectores de la USAC, son sus bastiones. Desde esos aparatos estatales la corrupción y la impunidad campean en forma desafiante. Como demostración de su poder, ahora la emprenden a modo de venganza contra quienes fueron actores importantes de la CICIG, o contra jueces incorruptibles.
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