De origen hispano, llevaba por nombre artístico Tom Martínez. Era ahora uno de los más cotizados de Hollywood. Vagamente sabía lo del orfelinato, pero no le constaba lo de un hermano gemelo. Prefería no hablar de su pasado.
Para la actual película se necesitaban varios dobles; algunos, en
osados trabajos con las escenas violentas. Cuando lo vieron, todos inmediatamente
supieron que ése era el más indicado; no había muchos indígenas mexicanos en
condiciones de suplantarlo.
Aunque Tom lo evitaba, Cipriano Xenóchitl, el doble, lo intuía. ¡Eran
demasiadas coincidencias!
Fueron necesarias varias copas para que ambos lo descubrieran y
aceptaran. "¡Hermano!"
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