domingo, 8 de noviembre de 2020

SE VA UNO, VIENE OTRO… ¿NOS CAMBIA ALGO EN LATINOAMÉRICA?

 

Acaban de pasar las elecciones en la gran potencia capitalista. Como acertadamente lo dijo Carlos de Urabá: “Dos ancianos se disputan la presidencia de los EEUU; son dos viejos marrulleros y fanfarrones, dos oligarcas decrépitos acusados por distintas mujeres de abusos sexuales, dos mafiosos neoliberales profesionales de la mentira y la manipulación de masas”. Como alguien dijo: “Se trata de elegir entre la Coca-Cola y la Pepsi-Cola”. Si bien pueden significar políticas relativamente distintas a lo interno (MUY relativamente distintas: en el fondo no hay diferencias: ambos representan a las grandes y poderosísimas corporaciones económicas que son las que realmente mandan), para el resto del mundo las cosas no cambian. La política exterior del imperio no varía, porque la misma es fijada básicamente por el complejo militar-industrial y la gran banca privada. Nosotros, en Latinoamérica, constituimos su “patio trasero”. Guatemala en particular es poco relevante para esa política. Toda Centroamérica constituye apenas el 1% del comercio exterior de Estados Unidos. Pero les interesa mantenernos bajo su yugo no solo por lo que puedan robarnos: materias primas, industrias extractivas llevándose lo mejor dejando migajas y desolación, petróleo, litio, biodiversidad de las selvas para sus industrias químicas y farmacéuticas, agua dulce. Les interesamos para que nada cambie aquí, para que sigamos siendo su reaseguro ahora, en un mundo donde la República Popular China, junto con Rusia, comienzan a disputarle la hegemonía global. Por eso tienen más de 70 bases militares en nuestra región. ¿Coca-Cola o Pepsi-Cola?





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