Un señor ruso llamado Vladimir Ulianov, más conocido por su pseudónimo de Lenin, dijo en 1917 que “El Estado es el producto del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase”. Parece que no se equivocaba. El Estado, manejado por el gobierno de turno (Serrano Elías, Arzú, Portillo, Pérez Molina, Giammattei, no importa la persona, y en todos los países es igual: Trump, Biden, Angela Merkel, López Obrador, Menem, Macron o Silvio Berlusconi, cualquiera de ellos por igual), ese Estado defiende solo al capital, nunca a la clase trabajadora.
No importa si ese capital es
nacional, estadounidense, del Congo, de Birmania o ruso. En eso no se equivoca.
En otros términos, las cachiporras que nos quiebran los huesos o las balas que
nos matan, las paga el mismo pueblo con sus impuestos.
Sabían lo que está pasando en El
Estor con la minera rusa, ¿verdad?
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