Parece mentira que entrado el tercer milenio todavía haya reyes, gente que se siente distinta a la “plebe”, gente que mantiene aún el mito de la “sangre azul”, que vive sin trabajar ufanándose de ser parásitos mantenidos.
Y lo peor, lo más inconcebible, lo más repulsivo es
que países donde se da esa infame aberración tienen el infinito descaro de
cuestionar la “democracia” de otros países, como por ejemplo la de Cuba o
Venezuela.
¿ESTÚPIDOS O TREMENDOS HIPÓCRITAS?
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