Jeffrey Epstein, el magnate estadounidense corruptor de menores, como “sabía demasiado”, murió “suicidándose” en la cárcel. Ni dios se lo creyó, por supuesto… (a alguno de los 3,000 dioses conocidos nos referimos, claro….)
El coronel Byron Lima, presunto asesino de Monseñor Gerardi, como “sabía demasiado”, tuvo un pequeño inconveniente en la cárcel donde guardaba prisión (12 hombres fuertemente armados que no se sabe bien cómo ingresaron al centro penal, abrieron fuego contra su persona). Nunca se dijo una palabra del proceso para investigar ese involuntario “error”.
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