Nos viven mintiendo. Los poderes siempre mienten
La mentira es lo que domina la
escena. A la población jamás, absolutamente nunca jamás los poderes le hablan
con honestidad. No se trata de creer o no ingenuamente lo que dicen los medios
o los políticos o las empresas. Mucho menos, la publicidad, porque sabemos que
todo eso es un absoluto embuste. “Usted no es un cliente. ¡Es un amigo!”,
dicen los bancos. ¿Alguien se lo podrá creer? “La política es el arte de
impedir que la gente se entrometa en lo que realmente le atañe, haciéndole
creer que decide algo”, dijo Paul Valéry.
Como demostración de esas
mentiras en juego, además de la actual pandemia, solo como un ejemplo, esta
moda reciente de las casas de comida rápida donde se formula al cliente unas
tres mil preguntas (“¿Qué tipo de pan?, ¿qué tipo de aceite?, ¿qué aderezo?,
¿jamón crudo o cocido?, ¿aceitunas verdes o negras?, ¿con carozo o sin carozo?”,
etc., etc., etc.), haciéndole creer que se le “personaliza”, que cada quien
“elige”.
¿POR QUÉ NOS AGARRAN TANTO DE
ESTÚPIDOS?
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