Más allá del deseo de mejora que tengamos las grandes
mayorías, ¿por qué terminada la crisis sanitaria las cosas serían mejor? ¿Más
solidaridad? ¿Terminaría la explotación?
La situación mostró que sí, efectivamente, hubo
hechos solidarios espontáneos en la crisis: ollas populares, redes de ayuda,
apoyos comunitarios. Los Estados cumplieron (a veces muy deficitariamente) con
su papel de brindar asistencia, pero priorizando siempre a los capitales sobre
las mayorías trabajadoras (el Estado, lo sabemos, está para eso).
PERO NO SE ENTIENDE POR QUÉ EL MUNDO POST PANDEMIA VA
A SER MEJOR. LOS CAMBIOS SOCIALES -LOS CAMBIOS REALES, NO LOS COSMÉTICOS- SE
LOGRAN A PALAZOS. ¡NO HAY OTRA ALTERNATIVA!
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