Cuando
hay un enfermo portador de un microorganismo contagioso, se lo aísla a él (el
enfermo), y no a sus rodeantes (los sanos).
Ahora
tenemos un confinamiento EXACTAMENTE AL REVÉS: se aísla a los sanos (con ley
marcial de por medio). ¿No es evidente que aquí algo no encaja? Una enfermedad totalmente
curable, con una tasa de mortalidad muy baja (no supera el 4%) ha sacado los
ejércitos a las calles. ¿Podemos creérnoslo? Gobiernos que jamás se han ocupado
de sus poblaciones, ahora “llorando” por la misma cantidad de muertos que
produce la gripe estacional. ¿Podemos creérnoslo?
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