“Vivir hoy más años es un hecho muy positivo que ha mejorado el
bienestar individual. Pero la prolongación de la esperanza de vida acarrea
costos financieros, para los gobiernos a través de los planes de jubilación del
personal y los sistemas de seguridad social, para las empresas con planes de
prestaciones jubilatorias definidas, para las compañías de seguros que venden
rentas vitalicias y para los particulares que carecen de prestaciones
jubilatorias garantizadas.
Las implicaciones financieras de que la gente viva más de lo esperado
(el llamado riesgo de longevidad) son muy grandes. Si el promedio de vida
aumentara para el año 2050 tres años más de lo previsto hoy, los costos del
envejecimiento -que ya son enormes- aumentarían 50%. (…) Para neutralizar los
efectos financieros del riesgo de longevidad, es necesario combinar aumentos de
la edad de jubilación (obligatoria o voluntaria) y de las contribuciones a los
planes de jubilación con recortes de las prestaciones futuras.”
“Informe sobre la estabilidad financiera global”, Fondo
Monetario Internacional, Capítulo 4, abril de 2012
"Los abuelos deberían sacrificarse y dejarse morir para salvar la
economía".
Dan Patrick, vicegobernador de Texas
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