El patriarcado barre toda la cultura, incluso está presente en los insultos que proferimos.
En muchos países hispanohablantes “puto”
es sinónimo de mujeriego. Por tanto, ser “hijo de puto” no significa ninguna
ofensa: es ser hijo de un varón mujeriego, un varón donjuanesco. Pero ser “hijo
de puta” es la peor blasfemia que pueda existir. “Puto” es tolerado (incluso
hasta bien visto) pero “puta” es sacrílego, pecaminoso, blasfemo. ¿Machismo?
¿Patriarcado hasta en los insultos?
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