El neoliberalismo (¡¡¡que no ha fracasado!!!,. porque a los ricachones les sirvió muchísimo, y para eso surgió), significa dos cosas: 1) aumento exponencial de los capitales sobre la gran masa trabajadora cada vez más empobrecida, 2) sumisión cada vez mayor de los asalariados.
Hoy
día tener un trabajo con salario, aún en las más indignas condiciones, es ya un
lujo que hay que agradecer. El avance de los capitales fue tan grande en estas
últimas tres o cuatro décadas que las patronales hacen lo que quieren con
quienes dependen de un sueldo. Se perdieron las ocho horas de ley, no se pagan
prestaciones, no se respeta siquiera el salario mínimo, exigen la “milla
extra”, la siniestralidad laboral crece imparable (el año pasado causó MÁS
MUERTES QUE EL COVID-19), los contratos de trabajo son papel mojado, se exige
que el trabajador pague impuestos como “prestador de servicios”, se insulta a
los vendedores informales tratándolos de microempresarios, intenta transformar
a los trabajadores en “colaboradores”, impide la organización sindical real (no
la payasada de sindicatos que existe hoy día), sigue tolerando la
discriminación de género (el acoso sexual contra mujeres no cesa), asusta y
chantajea con el fantasma de la desocupación…
¿HASTA CUÁNDO?
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