“Nosotras, las
mujeres, todas, también las trabajadoras sexuales, estamos haciendo un cambio
en los modelos sociales, culturales. El feminismo también nos ha llegado, la
teoría de género y una nueva conciencia nos llegaron, y a partir de eso hemos
hecho grandes cambios. Por eso ahora es distinto el perfil de la trabajadora
sexual típica. Eso ya casi no existe. Era común identificarla tradicionalmente
con una mujer proveniente de un hogar desintegrado, golpeada, abusada, falta de
proyecto en la vida. Todo eso ha ido cambiando. Hoy, hablar de trabajo sexual,
es hablar de un foro permanente, en discusión, en debate. Ya no es lo
denigrante que era en un tiempo. Hoy día lo enfocamos desde distintas miradas,
donde cuenta lo gremial, lo laboral, lo familiar. No tiene por qué tener el
peso de un estigma, hay que terminar de discriminar a la mujer que ejerce ese
trabajo, que en definitiva es una ocupación más. Por eso mismo hay que tratar a
la mujer que se dedica al trabajo sexual como a cualquier otro ser humano, sin
distinción. Es una trabajadora, y punto. Entre nosotras ya jamás nos tratamos
de “prostituta”, ni siquiera de “trabajadora sexual”. Simplemente:
“compañera”.”
DECLARACIONES DE MUJERES INTEGRANTES DEL SINDICATO
DE TRABAJADORAS SEXUALES AUTÓNOMAS DE GUATEMALA (segundo sindicato de esa
categoría en Latinoamérica, luego de Colombia)
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