Todo el mundo sabe que el conejo que
el mago saca de la galera... ¡no es magia! Es un truco bien hecho. Punto. Lo
sabemos, pero nos "dejamos" engañar, y hasta pagamos una entrada para
ir a ver ese espectáculo. Está claro: ¡¡de la galera no salen conejos!!
¿Por qué creer entonces que una mujer
virgen pudo parir un hijo, y que ese niño, ya crecido 33 años después, murió,
resucitó y salió volando hacia el cielo cuando todos sabemos que eso no es
posible?
PENSAMIENTO MÁGICO-ANIMISTA le dicen.
Hace 2,000 años atrás, en una cultura no-científica, ello era obligado: una
respuesta ante lo desconocido, terriblemente angustiante. Hoy día, con un
pensamiento conceptual científico-técnico infinitamente más efectivo, ¿podemos
seguir creyendo en conejos salidos de la galera?
¿Hasta cuándo seguirá la creencia
mágico-animista?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario