Así se expresó el presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt en relación al dictador nicaragüense.
Ahora Washington, amparándose en la Ley Magnitsky, aplica sanciones a “corruptos” funcionarios latinoamericanos:
¡Qué bueno impulsar una lucha contra la corrupción!, pero…
¿necesitamos en Latinoamérica que venga Estados Unidos a combatir este flagelo?
Podríamos decir que estos son “nuestros” corruptos, y debemos ser nosotros
quienes nos ocupamos del tema.
Con esta ley en la mano, ¿se podrá castigar a algún
funcionario estadounidense (o a algunos de los que les dan las órdenes a esos
funcionarios: es decir, a los magnates que manejan ese país) por corrupto,
abusivo, racista, prepotente, discriminador, homicida, explotador, mentiroso?
La lista de Somozas, parece, sería muuuuuuuuuuuy larga.
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