ROBARSE UNAS PACAYAS: ¡¡¡TERRIBLE DELITO MEDIOAMBIENTAL!!!
En el Parque Nacional Las Victorias, en Cobán,
departamento de Alta Verapaz, Guatemala, fueron detenidos dos campesinos por
extraer 96 pacayas (Chamaedorea tepejilote, variedad de palmácea muy
rica en nutrientes, de la que se come su flor). Según el Consejo Nacional de
Áreas Protegidas -CONAP-, la planta de pacaya se encuentra en la lista de
especies amenazadas. Los detenidos justificaron su acción alegando que “las
pacayas se pudren en las plantas”. El valor de esas 96 flores en el mercado
es de 150 quetzales (unos 20 dólares). El delito que habrían cometido los
detenidos, según la jueza interviniente, constituye “atentando contra el
patrimonio natural y cultural de la nación”, por lo que contempla sanciones
de prisión de 5 a 10 años, si en juicio se les encontrara culpables, y multa de
10 mil a 20 mil quetzales (1,200 a 2,500 dólares).
Curioso,
¿verdad? La justicia (¿justicia?) defiende la naturaleza a capa y espada en
este caso, pero dejar pasar el envenenamiento de aguas, tierras y aire que
provocan las empresas mineras con sus desechos tóxicos, el desvío de ríos que
hacen las hidroeléctricas dejando a comunidades sin agua, la contaminación
venenosa que producen las fumigaciones de los cultivos industriales (azúcar,
algodón, palma aceitera), la desertificación que produce la tala incontrolada
de bosques…. ¿Y el cuidado del medioambiente?
¿JUSTICIA
SEGÚN EL BILLETE?
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