Se habla insistentemente de la pobreza en que estamos por culpa de la corrupción de los funcionarios públicos “que se roban todo”. Podríamos llegar a estar tentados de creerlo. Pero ello oculta otra cosa: la verdadera causa de las injusticias sociales no es la corrupción sino el sistema económico-social en que vivimos; es decir, la EXPLOTACIÓN DEL TRABAJO ASALARIADO.
No
olvidar que junto a la corrupción de los funcionarios, está también la del
empresariado, de la que la prensa casi no habla, y que es INFINITAMENTE mayor.
Para ejemplificarlo: caso Corporación Aceros de Guatemala S.A.
Entre sus principios
puede leerse que esta empresa fomenta el
“DESARROLLO RESPONSABLE
Crecer de
manera responsable es parte fundamental de nuestra estrategia. Aseguramos el
bienestar de nuestros colaboradores, sus familias y comunidades, promovemos el
desarrollo, cuidamos el medioambiente y fortalecemos la industria del acero con
prácticas sostenibles”, siendo sus valores:
“Honestidad y
rectitud
Actitud responsable
Calidad en todo lo que
se hace
Personas leales,
comprometidas y realizadas”
Pero en el
2016 una investigación judicial determinó que la empresa debía al fisco 270
millones de quetzales (más de 30 millones de dólares) “por hacer
simulaciones en la compra de chatarra a proveedores inexistentes y con
inconsistencias”.
Por tanto
debió pagar 782.9 millones de quetzales al Estado (97 millones de dólares)
entre deuda, multa y cobro de intereses. ¿Y los valores éticos?
Y,
HABLANDO DE CORRUPCIÓN, ¿SABÍA USTED QUE ESE EMPRESARIADO PAGA EL SALARIO
MÍNIMO (que cubre solo una tercera parte de la canasta básica) A NO MÁS DE UN
30% DE LOS Y LAS TRABAJADORES/AS EN GUATEMALA?
CORRUPCIÓN,
PERO…. ¿DE QUIÉN?
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