En los países
latinoamericanos (¡en todos!) la política partidista profesional es vista como
un buen negocio. Tener un cargo público “alto” es sinónimo de “enriquecimiento
fácil y rápido”. Y es harto frecuente que se den actos de nepotismo, de
corrupción generalizada, de autoritarismo. Pero ello se da en todos lados,
absolutamente por igual. La llamada “política profesional” es eso; quienes se
dedican a ella tienen siempre, inexorablemente, similares características. ¿Qué
tienen realmente de distinto Giammattei, Vinicio Cerezo, Vicente Fox, Álvaro Uribe,
Jeanine Áñez, Mauricio Macri, Angela Merkel, Silvio Berlusconi, Alejandro Sinibaldi,
Roxana Baldetti, Emmanuel Macron, Barack Obama o Jimmy Morales? Sin ánimo de
verlos como “tiernos angelitos” (porque no lo son, por supuesto) manejados por
el poder económico, ni hacer comparaciones odiosas, todas y todos, exactamente
por igual, son unos mentirosos crónicos, manipuladores, ávidos de poder y de
luminarias, egocéntricos, vedettes dispuestas a vender el alma al diablo, con
actos de nepotismo y abusos varios que les confiere su investidura.
PERO POR SUERTE HAY
OTRA FORMA DE HACER POLÍTICA. CLARO QUE ESO…. ¡PUEDE COSTAR LA VIDA!
https://www.nodal.am/2016/05/politica-profesional-y-psicopatia-por-marcelo-colussi/
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