Algunas posiciones religiosas ultra fundamentalistas en Guatemala han visto la pandemia de COVID-19 como un “castigo divino” por tanta “degeneración sexual”. La proliferación de personas sexualmente diversas sería el motivo de la ira de dios; de ahí que durante la época de confinamiento aumentaron la muerte y los hechos de atropello contra personas de diversidad sexual, por ser los “causantes” de la actual “calamidad”.
¡EL MEDIOEVO Y
TORQUEMADA NO HAN MUERTO!
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