De nacimiento somos un pedacito de carne con forma humana
con una diferencia anatómica básica que nos ubica como machos o hembras de la
especie. El mundo (la cultura, la sociedad, el Otro, el lenguaje, el tejido
simbólico o como prefiramos llamarlo) se encarga de hacernos “humanos”, damas o
caballeros (con todas las variantes que se quiera: LGTBIQ, etc.), explotadores
o explotados, miembros de un organismo social, poseedores de valores, hablando
algún idioma, reproduciendo infinitamente lo que se nos legó.
¿Por qué no cometemos incesto? ¿Por qué tenemos idea de
propiedad privada? Porque el mundo nos lo impone, nos “hizo humanos”. Nada de
esto es natural.
Según entremos en ese mundo, seremos neuróticos
(normales, la prácticamente totalidad de la población –se entra en las normas–),
psicóticos –no se entra, se vive en el delirio– o psicópatas –se entra a medias,
no hay sentimiento de culpa–. ¡No hay otra alternativa!
SI TODO ESO NO PASA, SI NO NOS HUMANIZAMOS, SUCEDE COMO A
ESTA JOVEN (OXANA MALAYA), QUE FUE CRIADA POR PERROS.
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