En momentos críticos -catástrofes que
conmocionan, como el actual pánico inducido que se vive, producto del incesante
bombardeo mediático- aflora lo mejor y lo peor de nuestra humana condición.
La solidaridad puede dispararse, como
de hecho lo estamos viendo, con numerosos ejemplos por todos lados. Y también
el más primario egoísmo (varios retornados de Estados Unidos, esos que mandan
remesas y mantienen las economías locales de Guatemala, han querido ser
agredidos por la gente, “enloquecida” por el pánico dominante, ante la idea que
puedan ser portadores del coronavirus).
A QUIÉN CONDENAR: ¿A LOS QUE INTENTAN
AGREDIR O A LA CORPORACIÓN MEDIÁTICA QUE NOS LLEVÓ A UN CLIMA DE TERROR
DEMENCIAL?
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