Se habla hoy día del “poder de los narcos”,
de Estados fallidos balcanizados manejados en parte por la narcoactividad; se
habla de la narcoeconomía como un flagelo; se visualiza el consumo cada vez más
creciente de drogas ilegales como un profundo problema de salud pública poniéndose
especial cuidado en la persecución de narcotraficantes, militarizando
sociedades y quemando sembradíos.
Todo lo anterior podría decirse que
es una determinada forma de combatir un problema, quizá no las más correcta.
Pero eso abre interrogantes: si tan “malignos” son estos personajes del
narcotráfico (siempre latinoamericanos; ¿quién distribuye las drogas en
territorio estadounidense?), ¿por qué no se les frena de verdad? ¿O hay “gato
encerrado” allí?
Cuando el sistema decidió
defenderse del “ataque comunista” en la década de los 70 del pasado siglo, con
la dirección de la CIA se impelentó el Plan Cóndor en 8 países
latinoamericanos, y el “cáncer de la subversión marxista” fue totalmente
superado (400,000 muertos, un millón de detenidos, 80,000 desaparecidos). ¿Por
qué no pasa lo mismo con el narcotráfico? Se lucha, pero nunca se termina el
problema. ¿Le convendrá a alguien su persistencia?
Huele raro esto….
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