sábado, 4 de mayo de 2019

RADIOGRAFÍA ESTADOS UNIDOS – VENEZUELA




·         Estados Unidos tiene una economía enorme, pero ya entró en un proceso de declive: está consumiendo más de lo que produce.
·         Por tanto, su deuda nacional es técnicamente impagable.
·         Como la economía del planeta está prácticamente dolarizada, Estados Unidos no tiene problemas para imponer sus reglas de juego y manejar su deuda: todos acatan al dólar. Por tanto, su deuda no le duele.
·         Dado que esa moneda no tiene respaldo genuino (patrón oro), la garantía de su valor está dada, en definitiva, por sus hiper enormes fuerzas armadas.
·         Como “matón del barrio”, Estados Unidos arregla todo apelando a su fuerza bruta (aunque no todo lo puede arreglar: ahí está Vietnam, Afganistán, Siria, como ejemplos que no todo se soluciona a bombazos)
·         Como gran potencia económica, es el principal consumidor de hidrocarburos del mundo. Venezuela le aporta el 12% de su consumo.
·         La República Bolivariana de Venezuela produce petróleo, pero su importancia estratégica está no en los envíos diarios hacia Estados Unidos sino en las enormes reservas que dispone (300,000 millones de barriles, que alcanzan para varias décadas de consumo).
·         Si las empresas petroleras de Estados Unidos (Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, Conoco-Phillips, Amoco, Bush Energy Oil, etc.) se apropian de esas reservas, las dolarizan, con lo que su economía nacional en proceso de decadencia se vería salvada. O, al menos, recibiría oxígeno para un buen tiempo. Y enormes ganancias para las empresas.
·         Esa es la principal razón por lo que la Casa Blanca, vocero de esas compañías petroleras, ataca tan fieramente a la Revolución Bolivariana. La denuncia de crisis, dictadura y violación de derechos humanos son montajes mediáticos. La crisis actual que vive Venezuela no es producto del “socialismo del siglo XXI” y de la impericia de Nicolás Maduro sino del ataque de la principal potencia mundial.
·         Hasta ahora todos sus intentos de derrocar al proceso bolivariano fracasaron. La opción militar directa no la consideran factible totalmente, porque por razones prácticas no se ve recomendable (población y fuerzas armadas venezolanas bien preparadas, presencia real y efectiva de Rusia y China para entrar en la eventual contienda, incluso con armamento nuclear, costo político excesivamente grande que la administración Trump no podría afrontar). Pero no se descarta un ejército mercenario de 5,000 personas (latinos básicamente, hispanohablantes), que hagan de “Contra” como lo hicieron en Nicaragua décadas atrás.
·         La crisis que vive Venezuela no tiene solución si no se desactiva la injerencia estadounidense.



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