martes, 10 de julio de 2018

RELATO DE UN POLICÍA




(Hecho sucedido en alguna comisaría de alguna ciudad latinoamericana, no importa el nombre)

Mire Doctor: se lo cuento, pero por favor no dé mi nombre, ¿de acuerdo?
Yo salí de la Academia con las mejores notas. Fui el abanderado. Y cuando llegué a esa comisaría, ahí vino el baldazo de agua fría.
Yo iba creído de todas las cosas que nos habían enseñado: de los derechos humanos, de trabajar por el bien de la ciudadanía, de ser defensores de la paz y no sé cuántas pamplinas más....
Cuando llegué a mi destino, junto con tres nuevos agentes, el jefe nos dijo de una vez:
¡A ver, mariconcitos! Aquí el que manda soy yo, ¿entendido? Y necesito que cada semana me traigan 5,000 tukis. ¿Cómo lo consiguen?, no me importa. Yo quiero aquí mi “mercadería” cada viernes a la tarde. Y si a alguien no le gusta, ahora mismo le firmo el traslado para algún pueblito de frontera, para que se cague de infeliz por allá... ¿Estamos de acuerdo?

Ahí empieza a ser corrupto uno, Doctor, ¿me entiende?



1 comentario:

  1. Estimado Marcelo; por qué en lugar de seguir inventando y desparramando mierda negativa hacia nuestros funcionarios policiales, no haces denuncias concretas para intentar sanear las fuerzas policiales ¡QUE TODOS LAS NECESITAMOS..!y las ayudamos a rescatar su motivación y su autoestima..? Digo; no se, ¿no sería más positivo? Abrazo,

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