Todo indicaría que esta supuesta "religiosidad"
extrema que está en juego en el mundo musulmán, lo que menos tiene es,
justamente, religión. Un dato curioso, nada desdeñable: "casualmente"
este despertar fundamentalista que hay que reprimir antes que ataque con la
estrategia de "guerras preventivas" que inauguró el Pentágono durante
la administración de Bush hijo, se da en países donde -¡vaya coincidencia!- hay
petróleo y gas.
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