Mientras
ardía la Catedral de Notre Dame en París, también se quemaba la mezquita de Al-Aqsa
en Jerusalén. De la primera todo el mundo habló, y se juntaron cuantiosos
fondos para su reconstrucción. La segunda pasó desapercibida.
1,000
millones de euros recaudados para reconstruir el monumento francés. ¿No hay
mucha hipocresía en todo esto?
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