Sin el
menor ánimo de quitarle importancia a temas fundamentales como la equidad de
género, el cuidado del medio ambiente o el respeto por las diferencias étnicas
o a la diversidad sexual, es evidente que la llamada Cooperación Internacional
tiene interés NO en cooperar para que los pobres dejen de ser pobres, sino para
mantener el estado de cosas dado, cambiando algunos elementos pero sin tocar
las relaciones económicas profundas (gatopardismo: cambiar algo para que no
cambie nada). De “lucha de clases” ya no se habla, pero sí de todas estas otras
contradicciones, torales sin duda, pero que no cuestionan la esencia misma del
sistema: la explotación de una clase por otra.
Para
ejemplo, esta escena verídica (¡ABSOLUTAMENTE VERÍDICIA!, doy fe) que tuvo
lugar algunos años atrás en una oficina de Naciones Unidas en un país
latinoamericano:
Consultor 1: ¡Qué
sensacional esta experiencia de la gente de la CPR!
Consultor 2: Sí, sin
dudas. Resistieron la guerra en las peores condiciones. Los salvó la gran
organización que tenían.
Consultor 1: ¡Eso! Sin
esa disciplina militante no hubieran podido sobrevivir. ¡Son de admirar!
Consultor 2: Por eso
este proyecto que ahora se les va a ofrecer desde Naciones Unidas yo lo tomo
como un pago, una compensación por tanto sufrimiento.
Consultor 1: Así
es.... Te cuento que en el borrador de proyecto que estamos escribiendo ahora
para ellos, yo estaría tentado de poner "lucha de clases".
Consultor 2: ¡Pero eso
no se puede! Acordate que estamos en la ONU, y eso es sacrílego aquí. ¡Te echan
al día siguiente si lo decís!
Llega el
coordinador general de la Agencia.
Jefe: Hola muchachos. ¿Cómo les va?
¿Cómo va la redacción del proyecto?
Consultor 1: Hola
Jefe. Ahí vamos. Creo que para el jueves lo tenemos listo.
Jefe: ¡Buenísimo! Y no se olviden de
poner "género" por todos lados. "Equidad de género",
"equidad de género" por todos lados. Eso hay que poner ahora, que es
lo que el financista pide.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario