Ayer, en la ciudad de Guatemala, unas 20,000 personas marcharon para
celebrar el Día de los Trabajadores, alzando su voz por la situación calamitosa
de la clase trabajadora, y de todo el pobrerío guatemalteco en general.
Pero saltan inmediatamente algunas preguntas, al ver la dificultad tan
grande de cambiar la situación imperante (60% de la población en pobreza, 30% desocupada,
50% en la ciudad y 90% en el campo trabajando sin salario mínimo, planes
neoliberales dominando la escena):
- ¿Conviene a la clase trabajadora tal
dispersión de sindicatos? (más de 800)
- ¿No es eso un triunfo del “Divide y
reinarás”? ¿Quién se beneficia de eso?
- ¿Existe en este momento un plan
sistemático, orgánico, de toda la masa trabajadora y empobrecida en
general, para enfrentar la situación?
- ¿Por qué la izquierda está tan
fragmentada, desunida, peleada entre sí?
- ¿Quién lidera esa lucha: 800 sindicatos e
infinidad de grupos de izquierda dispersos?
- ¿Cómo hace la clase dominante
(terratenientes, empresarios, banqueros) para unirse y defender sus
intereses, más allá de sus diferencias puntuales, más aparentes que
reales? (“Pacto de corruptos” encabezado por el ahora fallecido Arzú
versus Frente Ciudadano contra la Corrupción)
- ¿No habrá que unir esfuerzos entre
tooooodos los sectores populares (sindicatos urbanos, movimientos
campesinos, movimientos de protesta social, estudiantado crítico) para
generar un plan de acción único con posibilidades reales de cambiar algo?
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