Sacerdote: La concepción de la Virgen María por obra y gracia del Espíritu Santo, por un angelito que bajó a la Tierra a dejarle esa simiente divina, igual que el Infierno, ese lago de fuego donde las almas impuras arderían eternamente, todo eso, mi amigo, no existe en la realidad. ¡Son metáforas! Son narrativas metafóricas para dar a entender la pureza en un caso, y la malicia en el otro.
Feligrés: ¿De verdad, padre?
¡No lo puedo creer! ¿Y por qué mantienen esas mentiras entonces?
Sacerdote: Porque la masa
ignorante necesita creer en algo. Recuerde lo que dijo Giordano Bruno, por lo
que fue condenado a la hoguera: “Las religiones no son más que un conjunto de supersticiones útiles
para mantener bajo control a los pueblos ignorantes”.
Feligrés: Pero, ¿eso no es
blasfemo?
Sacerdote: Mire, después de
muchos años de sacerdocio uno entiende a este teólogo, y lo mal que hizo la
Inquisición en quemarlo.
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