miércoles, 31 de octubre de 2018

UN PRODUCTOR DE UNA COMPAÑÍA DISQUERA





-          Pero, ¿cómo es eso, tío? ¿No es que se le da publicidad a los mejores músicos?
-          ¡Ay, nena! Eres muy ingenua todavía. Se publicita solo lo que vende. La calidad no importa.
-          Entonces… ¿los grandes creadores? ¿Cómo?...
-          No hay grandes creadores, m’hija. Esos son muy pocos: Bach, Vivaldi, Mozart, Beethoven, Louis Armstrong, Jimmy Hendrix, quizá The Beatles… Nosotros, en Occidente, hacemos escuchar lo que nos da plata. Así de simple. ¿Acaso creíste que toda esa basura que rueda por ahí es arte? En la China, en la India, en el Islam, tienen sus propios músicos, y con eso no nos metemos. La música tradicional de cada pueblo es otra cosa.
-          Pero… ¿y todos esos músicos de moda que venden millones y millones?
-          Eso, nena. ¡Eso mismo! Los ponemos de moda nosotros, los empresarios, y al tiempo pasan. Y como arte profundo, de toda esa bazofia, al rato no queda nada. Pero a nosotros sí nos quedan los bolsillos bien repletitos… ¿Se entiende?



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