lunes, 4 de julio de 2022

ORAR ¿NOS SALVA?

Ante los infinitos problemas de la vida, las religiones nos mandan a orar, a suplicarle a un supuesto ser superior que nos dé una ayudita. Pero parece que eso no salva mucho. Según cuenta la tradición cristiana, Jesús de Nazareth vino al mundo a salvarnos hace dos mil años…, pero parece que no nos salvó mucho (siguen presentes las injusticias, las aberraciones, los descalabros, las mentiras, los asesinatos, las redes sociales y sus trolls). El trabajo fecundo logra más que la oración, definitivamente.

¿Sabías por qué el símbolo comunista es un puño cerrado? Es una reivindicación del trabajo, porque la mano humana, que permite TRABAJAR, es la única de todo el reino animal que puede oponer el dedo pulgar a los otros dedos. En otros términos: el ser humano es el ÚNICO animal que trabaja. Y aunque ore, solo con trabajo arregla sus problemas. “El trabajo es la esencia del ser humano”, dijo un filósofo decimonónico de muy difícil lectura. Tenía razón.





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