miércoles, 8 de noviembre de 2023

REVELACIÓN

Padres: Ya cumpliste 18 años, entonces creemos que llegó el momento de contarte algo muy importante.

 

Hijo: Adelante, los escucho.

 

Padres: Hijo querido: quizá te sorprenda lo que te vamos a decir, te resulte raro, o increíble. Pero es la pura verdad. Y nos parece imprescindible que lo sepas.

 

Hijo: Bueno, ¿por qué tanto misterio? ¡Cuenten! ¿De qué se trata?

 

Padres: Es difícil para nosotros decírtelo, pero sin dudas ha llegado el momento. Te criamos como nuestro hijo adorado, nuestro único hijo. Nunca te faltó nada, de nada te puedes quejar. Pero pasa algo: no eres nuestro hijo.

 

Hijo: ¿Y eso? ¿Cómo que no soy su hijo?

 

Padres: Es que cuando nació nuestro verdadero hijo, el pobrecito tenía Síndrome de Down. No lo resistimos. Ese fue un golpe demasiado grande para nosotros.

 

Hijo: ¿Entonces?

 

Padres: En la maternidad hicimos el cambio. Con algunos billetes todo se arregla. Eso es historia conocida.

 

Hijo: Pero, ¿hijo de quién soy?

 

Padres: No lo sabemos. Solo sabemos que cambiamos a nuestro hijo biológico, nacido con esa condición, por otro, normal. Y ese bebé normal lo tomamos como propio. Nos hicieron los papeles correspondientes y nos fuimos a casa. El niñito con atraso…, ya ni sabemos qué pasó.

 

Hijo: O sea que yo no soy su hijo biológico….

 

Padres: No, pero te queremos más que si lo fueras. En estos 18 años ya te habrás dado cuenta.

 

REACCIÓN UNO

 

Hijo: Bueno…. ¿qué puedo hacer ahora? Ustedes son mis padres, me criaron, me amaron siempre, jamás hubiera sospechado algo así. ¿Para qué mover las cosas ahora? Más aún: eso sería imposible. De acuerdo: gracias por habérmelo contado, pero no me cambia nada mi vida.

 

REACCIÓN DOS

 

Hijo: ¡Pero qué hijos de puta que fueron! ¿Cómo se permitieron hacer algo así? Le desgraciaron la vida a una familia. ¿No les da vergüenza? Ahora mismo me voy a ir a buscar a mis padres. Si no estoy mal, ustedes me dijeron que nací en la Maternidad Santa Cecilia ¿no? Ahí voy a ir, voy a investigar qué pasó y los voy a denunciar, por impostores, por mala gente. ¡Hienas!

 

REACCIÓN TRES

 

Hijo: Nunca me hubiera imaginado algo así. Creo que esto me cambia la vida. ¿Dónde estoy yo de verdad? ¿Quién carajo soy? ¿Soy un retrasado mental disfrazado de normal? ¿Por qué me están engañando? ¿Yo no soy yo entonces? Me voy a ir a la calle a vivir de indigente, o me voy a suicidar, pero antes los mato a ustedes, y después mato a todos, y me voy al cielo. Y voy a buscar a mi hermanito con Down y le voy a decir que todo esto es un chiste de mal gusto. ¿El Diablo tiene algo que ver en esto? Dios no existe, solo el Demonio. Uy… ¡qué intríngulis, dios mío! Siento que me enloquezco…

 

REACCIÓN CUATRO

 

Los cuerpos de los tres fueron hallados sin vida en sala de la casa. El olor putrefacto de los cadáveres alertó a los vecinos, quienes llamaron a la policía. Las pesquisas determinaron que todos fueron apuñalados varios días atrás. Primeramente fueron asesinados los padres, que presentaban muestras de haber sido atacados innumerables veces, con más de veinte heridas cada uno. El cadáver del joven evidenciaba un tajo en la garganta. La sangre de los tres empapó completamente la alfombra.

 

REACCIÓN CINCO

 

Al recibir la noticia, el joven entró en shock. Corrió hacia la ventana y se lanzó al exterior. La caída fue fatal, pero no murió. En el golpe -cayó de un tercer piso- se lesionó gravemente la columna vertebral, por lo que quedó parapléjico. Ahora, eternamente sentado en una silla de ruedas y usando pañales desechables todo el tiempo, convirtió a sus padres en sus obligados cuidadores tiempo completo. El cuidado que decidieron no prodigarle a un bebé con Síndrome de Down ahora se lo dedican a su hijo de 18 años.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario