ALBA Movimientos
Venezuela está sufriendo el más gigantesco ataque
imperialista que país alguno haya podido soportar en lo que va del siglo. Todos
los métodos de presión e intervencionismo son utilizados para doblegar la
decisión del bravo pueblo y de su gobierno revolucionario e intentar volver a
quebrar el hilo constitucional como en 2002, pero esta vez con el aditamento de
una amenaza de invasión militar, con el sostén descarado e impune de algunos gobiernos
latinoamericanos y no pocos europeos que pagan el diezmo en Washington.
Hay múltiples elementos que coadyuvarían a armar un
inminente tinglado intervencionista a partir de la toma de decisión del
gobierno estadounidense de apurar la caída del gobierno de Nicolás Maduro.
Primero, hace unos meses el vocero fue el vicepresidente Mike Pence quien
recorrió el continente visitando presidentes “amigos” para ordenarles apretar
las tuercas del bloque económico. No le fue como esperaba pero dejó la semilla que
hace pocos días, intentó volver a sembrar el canciller Rex Tillerson.
Esta vez la propuesta de aumentar la beligerancia
contra el “dictador” Maduro fue ampliamente comprada por dos puntales del
equipo neoliberal más agresivo. Tanto Macri -principal títere orgulloso del
imperio- como el perrito faldero Santos -quien sigue sin hacer nada ante el
asesinato de más de 250 líderes y lideresas sociales desde la firma del acuerdo
con las FARC en 2016- se subieron al portaaviones made in USA y prometieron ser
de los primeros en la embestida que Washington resuelva.
A esto hay que sumarle un acumulado de gestos
indicativos del peligro en ciernes. A saber: las declaraciones del
subsecretario de Estado para Latinoamérica y el Caribe, Francisco Palmieri,
ofreciendo ayuda a Colombia y Brasil debido “a la gigantesca y continua
migración venezolana hacia ambos territorios”. Palmieri utiliza allí el sesgo
intervencionista “humanitario”, el mismo en que viene insistiendo el cadete de
la CIA, Luis Almagro o su cómplice peruano Kuzinsky, uno de los impulsores de
esa mafia presidencial autodenominada Grupo de Lima. En esa misma sintonía
Macri dio luz verde para que los estudiantes venezolanos “que vengan a
Argentina huyendo del caos dictatorial no sufran más sinsabores”, y por lo
tanto, a diferencia de quienes provienen de otros países, se les legalizará de
inmediato su situación educativa. La maniobra, como se ve, es demostrar que “la
dictadura venezolana” no da para más. Algo muy similar a lo que durante años
Estados Unidos intentó con Cuba y hace muy poco con Siria. Que se resume en la
frase: “hago la vida imposible, obligo a tu gente a emigrar, los recibo con los
brazos abiertos y luego te invado humanitariamente”. Para completar,
militarmente también hay datos inquietantes: la presencia del Comandante del
Comando Sur en Colombia, el movimiento de tropas en la frontera amazónica de
Brasil y Colombia, otra vez con la excusa migratoria venezolana. El punto
central de confluencia de estos aprestos es la base móvil brasileña de
Tabatinga, que fuera inaugurada en noviembre pasado con los ejercicios
militares conjuntos de EE.UU, Brasil, Colombia y Perú, en que se practicaron
simulacros de invasión “a un país bajo dominio comunista”. Como en las viejas
épocas.
En lo que hace al plano interno, una oposición sin
ningún tipo de autonomía cumplió con la orden de los emisarios de Trump de
retirarse de la mesa de negociaciones de Dominicana, y apoyan sin vergüenza el
aumento de la escalada de bloqueo y guerra económica impuesta por Washington.
Sabiendo que desde el punto de vista electoral tienen la batalla perdida, los
jefes de la MUD se inclinan, por un lado a actuar como lacayos del imperio, y
por el otro a dejar abierta la puerta de nuevos intentos de ataques
terroristas. Una modalidad que la derecha pro-norteamericana está empezando a
ensayar también en Bolivia.
Frente a la gravedad de la situación, se impone que el
pueblo venezolano se prepare para repetir la proeza victoriosa del pasado 31 de
julio. Sin una sola duda, todos y todas convencidas de que en abril llega la
segunda parte de la madre de todas las batallas, y que a diferencia de la
encarada por Estados Unidos para masacrar al pueblo iraquí en 1991, esta será
para ratificar una vez más que la Revolución es necesaria, no solo para
asegurar la paz en Venezuela sino para atizar el fuego de la rebeldía
continental y mundial. No, ésta no será una elección más de todas las que el
chavismo ha ganado, sino que respaldando unitariamente a Maduro se puede
propinar una soberana patada en el trasero a quienes están intentando que
nuestros pueblos, todos ellos, regresen a la Edad Media.
Desde ALBA Movimientos expresamos la necesidad de
rodear a Venezuela Bolivariana de la más total solidaridad, y convocamos a
todas las organizaciones que hacen parte de esta articulación a estar en alerta
permanente y agitar en cada uno de nuestros países la consigna de apoyar la
realización de los comicios de abril próximo, como única garantía de lograr una
paz duradera.
Proclamamos nuestro apoyo a la Asamblea Nacional
Constituyente, a las elecciones próximas del 22 de abril y reelección del
presidente Nicolás Maduro líder, obrero, chavista y leal a los pueblos del
mundo. Rechazamos los ataques que descargan sobre su figura y el proceso
revolucionario los gobiernos cipayos del continente.
Condenamos el accionar de la Organización de Estados
Americanos por su accionar, abiertamente en favor de los intereses
imperialistas, antidemocráticos y belicistas como también denunciamos al
llamado “Grupo de Lima” que no es más que un club de póker de los más corruptos
y recalcitrantes personajes del continente, preocupados en utilizar a Venezuela
como señuelo internacional para tapar los problemas y las injusticias de sus
propios gobiernos.
¡NO A LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA!
¡CHÁVEZ VIVE, INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA!
¡VENEZUELA BOLIVARIANA VENCERÁ!
Venezuela Corazón de América
ALBA MOVIMIENTOS
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