jueves, 21 de enero de 2021

CONSTRUCTORES ¿CORRUPTOS?

Se pone el grito en el cielo porque muchas obras de infraestructura (construcción de caminos, puentes, puertos, edificios públicos, etc.) se licitan de manera anómala, beneficiándose a empresas apegadas al poder político (léase: compadrazgo. Léase también: CORRUPCIÓN).

 

Ahora bien: si las licitaciones no fueran amañadas, tan tramposas, si se otorgan a las ofertas más convenientes económicamente, ¿cambian sustancialmente las cosas? Es decir: la explotación a la que se somete a los trabajadores, que son quienes efectivamente producen la riqueza, ¿varía? ¿De dónde vienen las fortunas? Siempre, no hay otra forma: DE LA EXPLOTACIÓN DE LA CLASE TRABAJADORA.

 

¿Dónde está el núcleo del problema entonces: en la corrupción o en la explotación? La mansión del político corrupto es inmoral, porque robó dineros públicos. La mansión del magnate industrial, banquero o terrateniente es legal, porque ¿la hizo con su trabajo? Lo legal no significa que sea justo. Es legal la propiedad privada de los medios de producción, y son legales los sueldos de hambre que se pagan. Con o sin corrupción, las cosas de fondo no varían. Y si hay algo que cambiar NO ES SOLO LA CORRUPCIÓN SINO ESE FONDO.

“LA PROPIEDAD PRIVADA ES EL PRIMER ROBO DE LA HISTORIA”, DIJO JOSEPH PROUDHON



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