Eso dijo Tertuliano,
un gran teólogo cristiano del siglo III, Padre de la Iglesia Católica. “Creo
porque es absurdo”, por ejemplo, que de una mujer virgen pudo nacer un niño, o
que un muerto revivió luego de su defunción y salió volando hacia el cielo. Son
VERDADES DE FE, reñidas con las VERDADES DE LA RAZÓN. Y se creen… ¡aunque sean
absurdas!
Que creer absurdos se
dijera hace casi dos milenios atrás en un mundo plagado de oscurantismos, de
ignorancia y supersticiones, se entiende. Pero… ¿cómo entenderlo hoy, con el
portentoso avance científico-técnico? ¿Por qué seguir creyendo cosas
increíbles? ¿POR QUÉ NOS SIGUE FASCINANDO LA MAGIA?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario